Los Rolling Stones tenían muchas orgías con sus técnicos

Robert Frank tuvo acceso ilimitado a un detrás de escena que no encontraba límite alguno: el de los Rolling Stones en su máximo esplendor, en 1972. Cámara de ocho milímetros en mano, nada escapó de la mirada del fotógrafo suizo, como ese vuelo en el avión privado de la banda británica que deriva en una orgía de dos groupies con técnicos y productores, a la vista de los músicos que siguen la escena bebiendo tequila con parsimonia.

Ese es apenas el comienzo de Cocksucker blues, como Frank llamó a su proyecto: sexo, drogas y rock and roll en un documental que tendrá su proyección en el Cine Doré, en el marco del Festival Internacional de Cine Documenta Madrid.

“Podría describir con todo lujo de detalles los escándalos y orgías que presencié y en las que participé durante esa gira, tantos charcos de orina caliente en moquetas mullidas y tales cantidades de órganos sexuales de los que manan fluidos a borbotones”, escribió Booth en Keith: Standing in the Shadows.