“Lucifer” es el apodo de Marcos Paulo da Silva, un preso brasileño que ha dejado una estela de miedo y horror durante sus 25 años tras las rejas. Aunque fue encarcelado por un robo menor en 1995, cuando apenas era un joven de 18 años, en su tiempo en prisión ha cometido crímenes despiadados y ha sido el responsable de asesinar a otros 48 reos.
De acuerdo con información del periodista brasileño Josmar Jozino, del portal UOL, da Silva fue diagnosticado con psicosis y en varias ocasiones ha hecho público su orgullo por haber matado a esas personas, a quienes llega a considerar enemigos.
Según la Secretaría Estatal de Administración Penitenciaria de Sao Paulo, da Silva fue condenado a 217 años y tres meses de prisión por haber cometido seis homicidios en la cárcel, además de que todavía está a la espera de recibir una sentencia por haber ordenado la muerte de otros dos presos en el 2015.
En el 2009 fundó la hermandad Resgate do Bonde Cerol Fininho, una agrupación criminal creada en el corazón del sistema penitenciario de Sao Paulo que se encarga de asesinar integrantes del grupo Primer Comando de la Capital (PCC), considerada una de las asociaciones delictivas más grande de Sudamérica.
Aunque diversos informes policiales han revelado que otros de sus objetivos es el de tener un centro penitenciario solo para ellos, lo que sí se sabe es que tienen reglas respecto a cómo proceder en cada uno de sus asesinatos, las cuales consisten en decapitar a las víctimas y arrancarles las vísceras.
Asimismo, después de las ejecuciones, los responsables también deben escribir el nombre Cerol Fininho en las paredes de las celdas con la sangre de sus víctimas, de acuerdo con las reglas escritas por el propio Silva.