Madre estrangula a su hija de 3 años y luego se lanza del piso 12 de un hotel

Santa Cruz
Érika Salinas Romero (34) de profesión Ingeniera Petrolera, le habría arrebatado la vida a su hija Valesca Campos Salinas (3), dejó el cuerpo en su cuarto bajo llaves y se rentó una habitación en el tercer anillo zona noroeste de la capital cruceña, donde también acabó con su vida.
El Ministerio Público confirmó este lunes por la tarde que el caso de las muertes de una mujer y su hija en la ciudad de Santa Cruz se trató de un infanticidio seguido de suicidio. La causa del fallecimiento de la menor de tres años fue asfixia por estrangulamiento.
La fiscal del caso, Francisca Rivero, informó que el padre de la niña, que compartía la custodia con la madre, fue liberado tras brindar su declaración ante la Policía. El mismo será citado de nuevo en los próximos días.
Aún se desconoce cuáles fueron los motivos que llevaron a la mujer a tomar la fatal decisión de quitar la vida a su hija. Su familia no vio nada extraño en los últimos días, se trataba de una joven profesional y una buena madre. Señalaron que el único conflicto que tenía era las exigencias del pago de pensiones familiares a la expareja.
Por la data de la muerte de la menor se determinó que el infanticidio sucedió cerca del mediodía, luego la mujer fue hasta la zona de Equipetrol, donde alquiló el cuarto de un hotel y pidió una habitación con balcón, desde el que saltó horas después.
“No sé qué pasó. No entiendo”, señaló a mediodía el padre de Érika. Fue él junto a sus hijos quienes encontraron a la niña muerta tras forzar las cerraduras de la casa para buscar a la niña tras conocer la noticia de la muerte de la mujer.
“Mi hijo abrió el cuarto y ahí alcé el cuerpo de mi nietita, estaba muerta”, contó el sujeto sobre el momento que se encontró el cuerpo de la niña en su vivienda.
Señaló que no vieron salir a su hija del lugar, ya que él y su esposa, el domingo, fueron a visitar a unos amigos, y cuando regresaron pensaron que Érika y su niña habían salido. «No puedo juzgar a nadie porque no sé qué pasó. Quiero que se esclarezca todo», manifestó el hombre angustiado.
Érika y el padre de la niña no convivían, pero no habían perdido comunicación para estar pendientes de su hija en común.
El hombre describe a su hija como una persona amable, profesional y con un futuro por delante.
Antes de llegar a prestar declaración ante la Policía, el padre de la niña y expareja de Erika, contó que la última vez que se había comunicado con ella fue el fin de semana: “Viernes, sábado fue la última vez que tuve contacto con la madre de mi hija, siempre hablaba con ella”. Agencias