Madre quema vivo a su hijo psicótico porque casi la mata

E.G., una mujer de 73 años, y su esposo llamaron al 911 para pedir ayuda en medio de una situación que se les salió de las manos. Tenían miedo. Es que su hijo, un hombre de 45 años con una grave enfermedad psiquiátrica, comenzó a agredir a su madre y amenazarla con un cuchillo. Los efectivos controlaron la situación y los profesionales decidieron sedar al paciente y dejarlo dormido con la esperanza de que todo quedara allí.

La mujer, por su parte, les rogó que se lo llevaran a un hospital pero no hubo caso y todo cambiaría dramáticamente en cuestión de minutos.

Mientras los efectivos estaban en la puerta del domicilio para irse, de un momento a otro E.G. reaccionó de la peor manera: cuando su hijo dormía lo roció con alcohol y le prendió fuego.

Su marido salió corriendo y le avisó a los policías que no aún no habían dejado el lugar. Cuando entraron a la vivienda de vuelta, la escena era dantesca.

La mujer de 73 años estaba sentada en el borde de la cama y a pocos metros, su hijo envuelto en llamas. Casi de inmediato llegó el personal de Bomberos para controlar el incendio pero las lesiones ya esa altura eran severas. De acuerdo con los primeros datos, se habla de que el fuego llegó a consumirle casi el 90% del cuerpo.

La madre quedó inmediatamente aprehendida y puesta a disposición de la fiscal Marcela Juan, quien luego de algunas horas resolvió dejarla en libertad.

Tras el hecho existía una dura historia de violencia, maltrato y obsesión que se esconde detrás del ataque con fuego.

E.G. nunca denunció a su hijo por la violencia pero sí inició los trámites para la internación. De hecho se había presentado a un juzgado para hacer este trámite pero de ahí la rebotaron a la Defensoría Civil. Está acreditado a través de testimonios de otro hijo de la familia que C.A.G. tenía una ensañamiento con ella. Una obsesión. Era un persona difícil de controlar”, añadió la fuente.

Lo cierto es que E.G. pidió ayuda como pudo, les dijo que a los policías que “no aguantaba vivir más así” pero no la escucharon.