Maestro pedófilo drogó y violó a más de 90 de sus alumnos

Durante más de cuatro décadas, William James Vahey construyó una fachada de educador ejemplar en prestigiosas escuelas internacionales de Líbano, España, Grecia, Arabia Saudita, Indonesia, Venezuela, Reino Unido y Nicaragua. Sin embargo, detrás de esta imagen se ocultaba un depredador sexual que drogó y abusó de decenas de niños.

Su historia, que salió a la luz en 2014 tras ser descubierto en Managua, conmocionó al mundo y reveló uno de los casos de pedofilia más prolíficos jamás investigados por el FBI. Tras ser interrogado por el FBI, Vahey confesó que llevaba 42 años drogando a sus estudiantes, según reveló el medio Infobae.

Organizaba viajes escolares al extranjero, lo que le permitía aislar a sus víctimas y reducir la supervisión de otros adultos. Durante estos viajes, drogaba a los niños con potentes somníferos que introducía en galletas rellenas de crema, y luego los abusaba mientras estaban inconscientes.

Un estudiante relató a Sky News que Vahey organizaba «concursos» en los que premiaba a los niños con galletas y agua antes de dormir. «Después de comerlas, nos quedábamos dormidos sin darnos cuenta», afirmó la víctima.

Los crímenes de Vahey salieron a la luz en 2014 en Managua, Nicaragua, cuando una empleada doméstica encontró una memoria USB con fotografías de contenido sexual de al menos 90 niños desnudos e inconscientes. La mujer entregó la información a la directora del American Nicaraguan School, Gloria Doll, quien confrontó a Vahey. Este confesó: «Me abusaron de niño, por eso hago esto. Lo he estado haciendo toda mi vida».

A pesar de su confesión, Vahey no fue arrestado de inmediato. Doll lo despidió y notificó a la embajada de Estados Unidos, pero las autoridades no actuaron con la suficiente rapidez. Vahey logró huir a Miami, donde un agente del FBI lo esperaba en el aeropuerto. Sin embargo, al no contar con una orden de arresto, no pudieron detenerlo.

Semanas después, en marzo de 2014, William James Vahey se suicidó en la bañera de un hotel en Estados Unidos, poniendo fin a una vida de abusos y secretos. El FBI lo calificó como «uno de los pedófilos más prolíficos que hemos investigado». Agencias