Los organizadores de la marcha contra los ajustes del Gobierno argentino de Javier Milei intentan desafíar a las nuevas normas de seguridad que castigan a los responsables de montar piquetes.
El presidente de Argentina, Javier Milei, se desplazó a la sede central de la Policía Federal Argentina en Buenos Aires junto con varios de sus ministros para monitorear la situación en la primera jornada de protestas.
La movilización, convocada por el Polo Obrero (PO) y otras organizaciones sociales y de izquierdas, han ido aumentando la tensión con los manifestantes, ante el fuerte despliegue policial.
La convocatoria se realiza pese a las advertencias del Gobierno de Milei sobre la posible pérdida de beneficios sociales a quienes cortan las calles y a un nuevo protocolo de seguridad que permite la intervención de fuerzas federales para despejar los cortes sin necesidad de orden judicial. Agencias