Por lo menos 116 personas murieron en la cárcel Guayas 1 del puerto de Guayaquil, hasta el momento en lo que se considera la peor masacre carcelaria en Ecuador, informó la autoridad carcelaria el miércoles, mientras el presidente Guillermo Lasso decretó el estado de excepción nacional en todo el sistema penitenciario, indicó un comunicado de la Secretaría de Comunicación.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores del Ecuador difundió la cifra por la tarde en Twitter y añadió que se reportan por lo menos 80 heridos en los incidentes.
“Se trata de una tragedia. Esta pelea entre bandas, grupos de delincuentes que en la búsqueda del poder interno llegan a estos niveles”, dijo el director del Servicio de Atención a Personas Privadas de Libertad, Bolívar Garzón, en declaraciones a la radio FMundo. Si bien no quiso especificar una cifra total, reveló: “Se está ingresando a los pabellones y estamos descubriendo más cadáveres”.
Imágenes que circulan en redes sociales dan cuenta del hallazgo de decenas de cadáveres en los pabellones 9 y 10 del centro penitenciario. Está previsto que Lasso dé una conferencia de prensa para entregar información oficial y comunicar las acciones que se adoptarán para controlar esta emergencia carcelaria.
El macabro escenario al interior de la penitenciaría se completa con un ambiente de miedo e incertidumbre en los exteriores, donde familiares de los detenidos protagonizaban escenas de dolor e incertidumbre, mientras arribaban efectivos de fuerzas especializadas de la Policía y el Ejército y salían precipitados los vehículos de medicina legal.
Para el exdirector de inteligencia militar, coronel Mario Pazmiño, el sangriento amotinamiento evidencia que “el crimen organizado transnacional ha permeado la estructura del Estado”, cuya gobernabilidad ha sido “trastocada por la injerencia de carteles internacionales como Sinaloa y Jalisco Nueva Generación”, que operan a través de bandas locales.
“Quieren sembrar el miedo”, aseguró en diálogo con The Associated Press, y explicó que “mientras más radical y violenta es la forma de asesinar, más logran su objetivo de control entre bandas”.
Según se divulgó la víspera, una disputa entre “los choneros” y “los lobos” habría desatado el enfrentamiento armado que, según Pazmiño, se da por la pelea del “control territorial” dentro y fuera de las cárceles para dominar las actividades de narcotráfico y microtráfico.
El experto calificó de grave la situación carcelaria que estaría poniendo a Ecuador en una posición de inseguridad y violencia nunca vistas.
Según opinó Pazmiño, ante este escenario el gobierno ecuatoriano debería ceder temporalmente el control de las cárceles a la policía nacional, mientras se diseña una estrategia que permita formar adecuadamente a los guías penitenciarios y delegar la administración a expertos en criminología, psiquiatría, manejo de crisis y negociación; además de privatizar las áreas de provisión de seguridad para la implementación de puertas blindadas, sistemas de inhibición de celular efectivas, entre otras.
Otras medidas que deben incluirse en una estrategia integral involucran al sistema judicial con la sustitución de medidas alternativas a las penas, pues el 16% de la población carcelaria no tiene sentencia ejecutoriada lo que complica el hacinamiento carcelario, dijo el ex coronel del Ejército. Agencias