Una joven ecuatoriana, de 26 años, murió de dos puñaladas en el corazón asestadas por su amante, en una vivienda de localidad madrileña de Parla. La brutal agresión se produjo en presencia de un hijo de la víctima, de 5 años. Tras matarla, el homicida se cortó el cuello a la altura de la yugular con la intención de suicidarse y se encuentra ingresado grave en el Hospital.
El atacante y la víctima, casada, mantenían una «turbulenta relación sentimental» desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el Ministerio de Igualdad prefirió mantener la cautela y recordó que la ley considera asesinatos ‘de género’ aquellos que se dan dentro de la pareja o como consecuencia de un proceso de ruptura, «como parte de un proceso de dominación y sometimiento de la mujer». La fallecida vivía con su marido, su hijo pequeño -otra hija de 7 años permanece en Ecuador-, y un hermano en otro domicilio distinto del escenario de los hechos.
La agresión se produjo a mediodía. Unos vecinos del inmueble alertaron a los servicios de emergencia al escuchar fuertes gritos y mucho ruido. En el piso los agentes hallaron a la mujer con varias puñaladas, dos de ellas en parte del pecho, a la altura del corazón. Los médicos sólo pudieron certificar su muerte. En otra habitación estaba el agresor, con una herida de quince centímetros en el cuello y otra en la clavícula. Un residente se hizo cargo en un primer momento del hijo de la mujer que, según explicó, repetía constantemente «mi mamá está muerta».
La Jefatura Superior de Madrid detalló que «no constan» denuncias policiales por maltrato, acoso u otras conductas de violencia machista, ni contaba la víctima con órdenes de protección y alejamiento de su presunto asesino.
La joven madre asesinada trabajaba de limpiadora, pero se había quedado en el paro la semana pasada, según explicó su hermano, quien ha dicho que la mujer conocía al agresor, aunque ignora qué tipo de relación existía entre ellos. Agencias