La Policía realiza las investigaciones para encontrar a los responsables de la muerte del fray Wilberth Daza Rodas, un sacerdote que prestaba servicio en la Iglesia San Francisco de la capital cruceña, ubicada en la esquina de las calles Aroma y Arenales. El sacerdote murió de forma violenta.
“Le tocaron el timbre de la puerta (del templo), él salió a atender, como para cualquier hermano, las puertas del templo siempre están disponibles para los más necesitados. Pero lo asesinaron, lo golpearon en la cabeza con un martillo”, contó uno de los familiares del difunto a Bolivisión.
Durante la madrugada y la mañana de este domingo, efectivos policiales de la Felcc y DACI, además de peritos, llegaron hasta este templo para colectar elementos e indicios que ayuden a dar con el paradero de los responsables de esta muerte violenta.
Los investigadores tienen entre los sospechosos a extrabajadores del mencionado templo y por ello ya iniciaron las pesquisas. Llama la atención la forma en la que fue muerto Daza, puesto que quienes le quitaron la vida le destrozaron el rostro y el cráneo.
Los familiares del religioso, entre lágrimas, contaron que luego de matarlo lo arrastraron hasta el baño, un lugar donde no hay cámaras de seguridad, donde lo dejaron desangrando mientras robaban la caja fuerte del templo.
El comandante departamental de la Policía, Erick Olguín, informó este domingo que ya se habría identificado a la persona que acabó con la vida de Wilberth Daza Rodas, sacerdote que prestaba servicio en la Iglesia San Francisco de la capital cruceña.
Destacó que los operativos han sido intensos desde que se conoció la muerte descartando que este crimen se hubiera dado a raíz de la inseguridad, sino más bien, que se trataría de un problema relacionado al entorno del lugar en el que trabajaba el religioso.
«Es cuestión de horas», dijo Olguín para dar con la captura del sospechoso y que ya se han activado los protocolos de búsqueda y captura para dar con el paradero de esta persona.
Debido al crimen, las puertas del templo permanecieron cerradas. Feligreses colocaron crespones negros en señal de luto. Y un aviso de suspensión de celebraciones eucarísticas.
‘HOMBRE GENEROSO’
Fray Wilberth comenzó su vida religiosa a los 22 años de edad, y tenía 44 al momento de su deceso. Era oriundo de Macharetí, Chuquisaca, desde donde sus familiares llegaron, desconsolados, para llevarse su cuerpo a esa localidad a fin de darle sepultura.
Su madre indicó a los medios de comunicación que la última vez que habló con él fue en el Día del Padre, cuando Fray Wilberth fue a su casa para celebrar con su papá. “Era humilde, él decía –voy a ayudar a la gente, voy a morir como Jesús, cualquier rato voy a morir, voy a irme ya- me decía”, dijo la madre de la víctima
Sus hermanos lo recuerdan como un hombre generoso, mientras que su madre, destaca su compromiso con los más necesitados. “No le gustaba la bebida, no era fiestero”, dijo su hermana. Agencias