Matan a tiros a comerciante para poder robarle su tienda

En la calle Sargento Tejerina de la zona del Mercado Campesino, Loayza estaba atendiendo en su tienda de abarrotes, cuando de pronto ingresó un hombre de aspecto joven a robar.

Lo hizo a mano armada y en medio del atraco el malhechor, conocido con el alias El Relos disparó a quemarropa a Máximo que recibió el disparo en la sien derecha. El atacante huyó sin que nadie se diera cuenta y cuando un cliente llegó a la tienda, descubrió que el dueño estaba tendido en el piso, ensangrentado.

LA MUERTE

Máximo Loayza fue rescatado con vida, socorrido al hospital Santa Bárbara e ingresado a una unidad de terapia intensiva, donde murió 48 horas después del ataque. La Policía logró dar con el sospechoso a los pocos días.

A Orlando R.S. lo acusaron de asesinar a un comerciante en mayo de 2018 y durante todo el juicio se defendió en silencio, dejando esa tarea a sus abogados; en la parte final del proceso le dieron la opción de hacerse escuchar antes de que el tribunal emitiera su veredicto y ni así habló. Sin embargo, su silencio no valió de nada, pues recibió una sentencia de 30 años de cárcel en Sucre.

Las pruebas que colectó el Ministerio Público fueron contundentes; quizá la más relevante, la prueba de reacción química que detectó pólvora en su mano, terminó por incriminarlo, aunque nunca se encontró el revólver, dijo el abogado de la familia de la víctima, Carlos Ortega.

Los testigos vieron al acusado transitar por la calle Sargento Tejerina, a las 19:00 del 7 de mayo, cuando ocurrió el sangriento crimen.

Las pericias psicológicas y psiquiátricas que se hicieron al acusado demostraron que la justicia estaba ante una persona que ni se inmutó ante la muerte Máximo Loayza.

Ortega dijo que llamó la atención que cuando el perito realizó la prueba psiquiátrica, se encontró con una persona que ante las preguntas que se le hacía con relación al crimen siempre guardó silencio, pero cuando se le interrogó sobre otros aspectos de su vida respondió de manera coherente.

Esos elementos fueron el sustento para que el Tribunal de Sentencia N° 2 de Sucre lo condenara a 30 años de cárcel, a cumplirse en San Roque.