Hay un viejo dicho que las abuelas siempre comentan a sus nietos: ‘cuidado a quien cuentas tu alegría o tristeza, no vaya a ser el diablo quien escuche y luego te vayas arrepentir’. Pues así fue el caso para Alex Stengel, de 55 años de edad, quien fue encontrado muerto en un carro de basura cerca de su tienda de trabajo.
Alex era un empleado de una cadena de pizzería, en el estado Wisconsin, Estados Unidos, trabajaba como el gerente encargado de todo el establecimiento. Un día se enteró que había recibido una herencia de más de 7 mil dólares lo cual le causo mucha alegría y no aguanto de centrar a alguien su buena noticia.
Contento por la buena noticia, aprovecho que estaba en el trabajo y les contó de su buena fortuna a sus compañeros de trabajo, mostrándoles un fajo de billetes del dinero que había recibido de la herencia, correspondiente a la suma que le habrían dejado por el tema de una herencia familiar. Nunca pensó que ese sería el último acto que realizaría.
El pasado fin de semana, Stengel fue al interior de un carro de basura, de acuerdo al reporte del Departamento de Policías de South Milwaukee. El rastro de sangre el fallecido, los habría llevado a la cocina del restaurante tras la denuncia de su desaparición.
Cuando se encontró el cadáver la autopsia determinó que la muerte del hombre había sido de una forma violenta víctima del asesinato, la policía inició la búsqueda para poder dar con el responsable del crimen y rigiendo varios indicios lograron arrestar a Kavonn Ingram de 31 años de edad, quien fue visto en una de las cámaras de vigilancia del restaurante arrastrando el cuerpo de Alex hasta el carro de la basura. El acusado para cubrir los hechos envió varios mensajes de texto al gerente regional en nombre del fallecido para evitar ser descubierto o busquen el cadáver que había sido reportado como desaparecido.
Ingram se enfrenta al cargo de homicidio en primer grado de su jefe, lo que tendría como castigo una cadena perpetua y su fianza se fijó con la suma de 200.000 dólares americanos. Agencias