Suzane von Richthofen mantenía una relación secreta con Daniel Cravinhos, un joven de 21 años, pero el estilo de vida y las drogas que consumía el chico frente a Suzane fue motivo de preocupación y desaprobación de Manfred y Marísia. El amor de Suzane por Daniel y el deseo de liberarse de la dura y estricta mano de sus padres, la llevó a planear el macabro parricidio con el apoyo de su novio y el hermano de este, Cristian Cravinhos.
La noche del crimen, en una mansión en Sao Paulo, después de asegurarse de que su hermano Andreas estaba fuera de casa, Suzane abrió la puerta del hogar para que los hermanos Cravinhos subieran silenciosamente hasta el segundo piso, donde se encontraba la habitación de sus padres.
Ambos hermanos ingresaron a la habitación y golpearon con unos objetos de metal a Manfred y Marísia, en un intento desesperado por sobrevivir, la madre de Suzane intentó defenderse luego de recibir los primeros golpes en el cuerpo y la cabeza, sin embargo, nada pudo hacer debido a que fue sujetada y asfixiada con una toalla empapada en agua, acto que demostró el nivel de crueldad utilizado por los tres homicidas.
Se sabe que tras la muerte de sus padres, Suzane, su novio y su cuñado modificaron la escena del crimen para simular un robo violento por lo que después de asegurar que sus progenitores estaban muertos, Suzane y Daniel se dirigieron a un motel para intentar dar veracidad a su coartada. Mientras Cristian, con el dinero robado, desapareció de la escena.
Al regresar, junto con Andreas, encontraron la casa revuelta y a sus padres muertos, actuando la sorpresa y el horror frente a las autoridades. La mentira comenzó a desmoronarse cuando Cristian compró una motocicleta con el dinero robado de la casa, lo que levantó sospechas
La policía notando las incongruencias en los relatos comenzó a investigar más a fondo y descubrió que los hechos conectaban a Suzane y los Cravinhos con el asesinato. Bajo la presión de la investigación, la máscara de Suzane comenzó a caer. Reveló cómo había manipulado a Daniel y Cristian, describiendo con una frialdad perturbadora cómo había presenciado o participado en el asesinato de sus padres. Agencias