La situación de McLaren es compleja. Más de lo que cualquiera puede imaginar. Debido a la crisis económica derivada por el coronavirus, la compañía automovilística anunció el despido de 1.200 trabajadores, unos 70 de ellos vinculados directamente en su escudería de Fórmula 1. Incluso, como una salida ante la crisis, la marca de Woking no descarta hipotecar varias de sus joyas de la máxima categoría, como los monoplaza que usaron Emerson Fittipaldi, James Hunt, Alain Prost, Ayrton Senna, Mika Hakkinen y Lewis Hamilton.
La cancelación de la temporada de Fórmula 1, el parate en su planta y una notoria caída en las ventas como resultado de la pandemia, pusieron a McLaren lejos de sus épocas de gloria. Las expectativas de volver al triunfo en la máxima categoría durante este año fueron desplazadas por una preocupación general en la compañía, que busca soluciones para mantener su viabilidad. Como primera medida drástica, la empresa anunció hace pocos días que recortará un 25 % de su planta de empleados, formada por unas 4.000 personas.
“McLaren se ha visto severamente afectada por la crisis y ahora no tenemos otra opción que reducir el tamaño de nuestra fuerza de trabajo”, admitió Paul Walsh, presidente ejecutivo de McLaren. Según cuenta el medio inglés Sky Sports, además, la firma busca conseguir unos 310 millones de euros que le permitan tomar oxígeno hasta que vuelva la actividad deportiva.
Por eso analizaría una salida dolorosa: apelar a la hipoteca de sus tesoros cargados de gloria. Esa decisión abarcaría desde los M23 y el M26 con los que Emerson Fittipaldi y James Hunt consiguieron los primeros títulos mundiales de la marca en los 70, los míticos MP4 de los 80 y los 90 con los que ganaron Niki Lauda, Alain Prost, Ayrton Senna y Mika Hakkinen; y hasta el MP4-23 que le dio su primer título a Lewis Hamilton. En total se estima que toda la colección tiene un valor de 280 millones de euros.
Hace pocos días, el Grupo McLaren le solicitó al gobierno británico un préstamo de 171 millones de euros, pero le fue denegado. Esto es lo que parece haber obligado a la firma a buscar alternativas económicas momentáneas. Los pilotos Carlos Sainz y Lando Norris, por su parte, accedieron a una rebaja del 30% de sus sueldos durante este tiempo.
«Como muchos negocios británicos, McLaren se ha visto afectada gravemente por la pandemia actual y, por lo tanto, tenemos en cuenta diferentes opciones de financiación para salir adelante con nuestros negocios a corto plazo», reconoció un portavoz del equipo a Sky Sports.
En contraposición con este ajuste profundo, la escudería acaba de comunicar el fichaje de Daniel Ricciardo como sustituto de Carlos Sainz. El australiano viene de cobrar unos 25 millones de euros en Renault, una cifra más alta a la que percibía Sainz. Algunos medios ya aseguran que Ricciardo dejará de cobrar esa fortuna y que su nuevo sueldo estaría cercano a los 10 millones de euros. McLaren venía recuperando terreno en la Fórmula 1: la temporada 2019 había sido la mejor tras varios años, e incluso consiguió su primer podio desde 2014.
“McLaren Racing ha apoyado la introducción del nuevo límite presupuestario en 2021 en la Fórmula 1 para crear una base financiera sostenible para los equipos y hacer más competitivo el campeonato”, explican en la escudería. El equipo británico fue uno de los que impulsó con más énfasis un límite presupuestario de 130 millones de euros en la Fórmula 1 para 2021. Recién con este cambio implementado, McLaren podrá volver a luchar nuevamente por un título en 2022. Mientras tanto son tiempos de supervivencia. La ayuda tal vez venga de la mano de la gloria.