Tiene 19 años, mide 1.90 metros y se desempeña como delantero centro. La ficha técnica de Nicolás Arze Ynsúa revela un agitado recorrido por escuelas de fútbol y academias. En Bolivia integró el Semillero y la Academia Tahuichi Aguilera. Cuando su familia se trasladó a Estados Unidos, Nicolás participó en diversas escuelas hasta llegar a Houston Dynamo. Con solo 15 años deslumbró en las inferiores del equipo de la MLS.
Su buen desempeño en la cancha fue premiado por la Barca Residence Academy y se trasladó a Arizona (EEUU) para complementar su formación en la escuela del club catalán. Con 18 años, su carrera apuntó al profesionalismo. El pasado año jugó en la Sub 18 del club mexicano San Luis, de Potosí, y este año aspira a debutar en la primera división del fútbol mexicano.
Mientras recorre las canchas de México, sigue atento a lo que ocurre en Bolivia. «Siempre he dicho que me gustaría lucir la camiseta verde de la selección. Me encantaría ser el próximo Marcelo Martins», revela en un contacto con EL DEBER.
El paso por la academia del Barcelona en Estados Unidos supuso un giro en la forma de entender el fútbol. Nicolás permaneció tres años internado en la sede de Arizona «sintiendo» el balón de manera distinta. «Es un método diferente. No les quema el balón. Así, cuando se acostumbran, sienten la superioridad ante el rival», detalla.
Tras la enriquecedora experiencia, Arze reclama mayor atención e inversión para formar jugadores en Bolivia. «Son el futuro», manifiesta. Para el joven talento, el país cuenta con grandes proyectos de jugadores que deben ser respaldados adecuadamente para que exploten.
Se mira en un futuro vistiendo la camisola de algún club grande de Europa. «Real Madrid, Juventus, Barcelona, uno de esos», confiesa. Nicolás entiende que su juego se adecúa mejor a las ligas española e inglesa. Se describe a sí mismo como un jugador con talento, presencia en cancha y, sobre todo, «mucha garra». Admira el juego de Zlatan Ibraimovic «no porque soy peleón», sino porque hay cierta equivalencia en el físico y «mete mucha garra». Agencias