Lionel Messi se iría de Barcelona. El argentino, que estaba en plenas negociaciones con la entidad para renovar su contrato, freno las conversaciones con el club tras la crisis interna basada en la mala relación del delantero con el entrenador, Quique Setién, y la falta de confianza a Antoine Griezmann.
Messi tenía hasta el pasado 10 de junio la posibilidad de abandonar el Barcelona anunciando simplemente que se iba. Al no hacerlo, el jugador argentino seguía ligado al contrato que firmó con el club el 25 de noviembre de 2017, que le ligaba al club hasta el 30 de junio de 2021 con la salvedad de poder romper su contrato unilateralmente hace un mes.
Sin embargo, según informó el programa El Larguero, emitido por Cadena Ser, el astro rosarino tiene pensado abandonar la institución cuando concluya su contrato. “Las negociaciones habían comenzado bien, pero Messi paralizó la renovación con el Barça”, informó el periodista Manu Carreño y argumentó: “Debido a los últimos acontecimientos, el argentino tiene en la cabeza acabar estos 5 partidos, jugar la temporada que viene y marcharse. Lionel Messi está harto y quiere abandonar el Fútbol Club Barcelona”.
Carreño aseguró que Messi está cansado y que “nunca quiso convertirse en un problema para el Barcelona”. “Siempre dijo que acabaría su carrera en el Barça, pero está cansado de ver cómo se le atribuyen informaciones y filtraciones en un club que nadie sabe quién lo dirige”, dijo.
Además añadió que el jugador se ha sentido señalado ante los últimos malos resultados del equipo en los que desde algunos medios y, según interpreta él desde la directiva, se le culpa de influir en las alineaciones y de forzar su titularidad y la de los jugadores de su cuerda como son Luis Suárez o Arturo Vidal en detrimento de Antoine Griezmann.
“Si yo soy un problema, quédense tranquilos que me voy. Puedo fallar un penal, puedo perder la Liga o que no me vaya bien en un partido, pero no quiero que me consideren la mano negra del Barcelona”, fue la frase que en teoría dijo el capitán del equipo a su círculo más cercano.
Esto provocó un escándalo en el mundo del fútbol, dado que no sería la primera vez que Messi renuncie a un equipo. El antecedente que conmovió a la selección argentina después de la tercera final perdida de manera consecutiva provocó un revuelo.
La noticia llegó luego del récord que alcanzó el atacante en el choque frente al Atlético Madrid, donde celebró el gol 700 de su carrera. Fue el segundo tanto del Culé, con un penal precioso en el que expuso toda su calidad. El rosarino la picó frente a un gigante del arco como Jan Oblak y celebró con sus compañeros en el Camp Nou.