Agencias.
- EL ALCOHOL: Las bebidas alcohólicas contienen azúcar y otros compuestos que afectan a la salud de las bacterias que protegen nuestro intestino. Un consumo habitual de alcohol puede reducir esta barrera y facilitar el ataque de virus y otros microorganismos que causan infecciones y enfermedades.
- EL AZÚCAR: A nivel intestinal, el azúcar favorece el crecimiento de algunas bacterias y puede contribuir fácilmente a la alteración de tu microbiota. A largo plazo, como ya hemos mencionado en este post, este tipo de alteración puede conllevar consecuencias serias para la salud.
- ALIMENTOS ULTRAPROCESADOS: Entre los alimentos malos para el intestino cabe destacar los ultraprocesados. Esta categoría de alimentos industrializados listos para comer suelen contener una larga lista de ingredientes procesados entre los que predominan el azúcar, la sal, las grasas, los edulcorantes. Además, para su conservación y mejor apariencia, se añaden una serie de aditivos industriales como conservantes, emulsionantes, colorantes, estabilizantes, etc.
Evidentemente, todas estas sustancias no naturales cuando entran en contacto con nuestro sistema digestivo afectan al equilibrio de la microbiota. - ALIMENTOS CON MUCHA GRASA: Las grasas son un nutriente necesario para el funcionamiento del organismo, sin embargo, el consumo en exceso, sobre todo de grasas de origen animal, repercute sobre el equilibrio de la flora intestinal y la salud en general.
- ALIMENTOS PROCESADOS: Los alimentos procesados se diferencian de los ultraprocesados porque en su elaboración se utilizan como mucho uno o dos aditivos. Aun así, su consumo habitual afecta a la salud de la flora intestinal por lo que se debe reducir al máximo su consumo.
- EDULCORANTES ARTIFICIALES: Sacarina, aspartamo y otros edulcorantes sintéticos sin calorías son utilizados cada día como sustituto del azúcar, lamentablemente, sustituir el azúcar por este tipo de endulzantes no aporta muchas ventajas para la salud de la flora intestinal. De hecho, el consumo de edulcorantes artificiales altera la microbiota y podrían producir problemas metabólicos.
- REFRESCOS AZUCARADOS: Los refrescos contienen demasiada azúcar, colorantes y otros aditivos que, como hemos explicado, se consideran dañinos para la salud de la flora intestinal.
- HELADOS: Son muy apetecibles cuando hace calor, pero son ricos en grasas y azúcar. Además, algunos contienen colorantes y conservantes, que son sustancias dañinas para la microbiota intestinal. En resumen, lo ideal es evitar el consumo de helados para prevenir un desequilibrio intestinal.
- GRASAS TRANS: Las grasas son nutrientes importantes en la dieta, pero no todo tipo de grasa es saludable. Las grasas procesadas industrialmente son de las peores para la salud y es recomendable reducir su consumo. Este tipo de grasa se utiliza sobre todo en los alimentos procesados y ultraprocesados y resulta dañino para la flora del intestino.
- HARINAS REFINADAS: Los alimentos refinados tienen una calidad nutricional inferior respecto a los alimentos integrales. En el caso de las harinas, al carecer de fibra, no son buenas para la microbiota. Por este motivo, es mejor evitar el consumo de alimentos con ingredientes refinados.