Mimo Calizaya más de medio siglo regalando arte y sonrisas a la gente

Priscila Pinell

“Buenos días señor Mimo”, es como saludan a Walter Calisaya, ese personaje que ya forma parte del paisaje de la concurrida avenida Heroínas en la puerta del teatro Adela Zamudio.

Todos los días a las 9.00 de la mañana llega el “Mimo Calisaya”, limpia el lugar donde armará el escenario en el que demostrará su talento.

Una foto suya, un banquito en el que está el recipiente donde recibe las monedas de quienes reconocen su arte, un micrófono y el símbolo de Yin y el Yan; pues el abrazó la filosofía budista, forman parte de toda la escenografía que va utilizar.

Después de ordenar, limpiar y desinfectar el lugar donde se instalará, pasa a cambiarse de atuendo, para lucir la ropa que lo caracteriza: el overol azul, su corbata roja, la peluca y el sombrero negro adornado con flores.

El “Señor Mimo” se pinta la cara de blanco; una de las características de su personaje, las cejas negras, un lunar en la mejilla, los guantes blancos, se desinfecta nuevamente con alcohol, y ya está listo para sacar una sonrisa a quienes transitan por el sector.

Enciende su equipo de sonido, se escucha a unas avecillas trinando y es cuando el asume su personaje favorito, el del “pájaro”. Primero medita y va convirtiéndose en ave, extiende las alas, alza vuelo y durante dos horas revolotea frente a su público.

Desde los autos lo saludan, si pasa una pareja trina la marcha nupcial, si ve alguien preocupado o triste lo sigue, le toma del brazo o le regala su fotografía y vuelve a su lugar.

Muchas personas pasan y se ríen, otras pareciera que ni lo ven, pero él está ahí, haciendo arte todos los días, quienes aprecian su talento le dan una colaboración y él es feliz.

UNA LARGA TRAYECTORIA

Walter Calisaya tiene una trayectoria de 56 años y aseguró que nadie lo va a parar, pues es la vida que eligió.

Contó a la VOZ que su madre quería que siga la vida religiosa. Ya estaba listo para ingresar al seminario, pero le dieron 30 días para que medite, pues una vez que entraba no iba a salir más, ese tiempo le reveló que, esa no era su vocación. “Me raparon la cabeza me pusieron una sotana marrón me dieron 30 días para pensarlo, le dije a mi mamá que no quería saber nada, me dijeron que me iban a excomulgar, pero no me importó”, recordó.

Una vez que salió del seminario entró a la escuela de arte en España, a los cuatro años de haber ingresado, decidió que se iba a especializar en el arte del mimo, por lo cual, viajó a Francia y quedó enamorado de la expresión gestual.

Viajó a Alemania, donde participó de algunos festivales, que reafirmaron su vocación, inició su vida de artista y nunca más la dejó. “Participé de algunos festivales donde se imitaban animales, hacía de perro, gato, pero lo que más me gustaba era hacer de pájaro, ese es mi personaje”, contó.

Regresó a España, después se fue a México, luego Argentina donde estuvo por diez años y finalmente Bolivia, estuvo en la ciudad de La Paz y también Santa Cruz, pero ningún lugar lo enamoró como la Llajta, donde decidió establecerse.

CASADO CON EL ARTE

El “Mimo Calisaya”, no es casado ni tiene hijos, vive solo y considera que así será hasta el día en que muera; sin embargo, esta seguro que sus alumnos siempre estarán pendientes de él como lo han hecho hasta el momento.

“Cuando me preguntan porque no me case, les digo, solo los feos se casa los bonitos no lo hacemos (…)  Me case con el arte y mis hijos son mis alumnos”, expresa entre risas.

Día del teatro y talleres gratis

Hoy se recuerda a nivel mundial el Día del Teatro, a causa de la pandemia como en otros años no se realizarán festivales ni demostraciones; sin embargo, el Mimo Calisaya honrará el día dando clases gratuitas a todos los interesados.

Además, regalará los videos de su biografía, para que los cochabambinos conozcan un poco más sobre la trayectoria de ese artista callejero que pese al coronavirus no dejó de trabajar y hacer lo que más le gusta.

“Ya no me queda mucho tiempo estoy de vuelta, por más que me digan lo que me digan yo seguiré haciendo arte y compartiendo lo que se con quienes desean aprender”, afirmó.

Las personas interesadas no pagarán por las clases, solo necesitan comprar sus fotocopias y el material que utilizarán para elaborar máscaras, además del material de bioseguridad. El número al que pueden contactarse es el 626-29897 de 17.00 a 20.00.