Era verano en el Perú y esta coincidía con la época en la que los escolares estaban de vacaciones. Justamente en este tiempo del año, muchos estudiantes deciden aprovechar el tiempo libre para aprender nuevas habilidades que le pueden ayudar a desempeñarse en la vida.
La mañana del primero de febrero del 2018, la niña de tan solo once años y su padre salieron de casa muy temprano para dejarla en la puerta de la mencionada dependencia policial. Luego él se iría a trabajar. Terminada la clase sería el comienzo del final.
TODO CALCULADO
Luego de salir de la comisaría, la niña procedería a dirigirse a su casa, sin embargo para su desgraciada suerte se cruzó con César Alva Mendoza, quien la vio sola, caminando y la escogió como su próxima víctima.
Entonces, ideó un plan para interceptarla. Con su bicicleta la atropelló a propósito. Tras golpearla, le pidió disculpas y, en un supuesto gesto de cortesía, se ofreció a dejarla en su casa para que curaran. Inocentemente, la pequeña aceptó. Fue víctima de su propia inocencia.
Pero lo que este desalmando hizo fue, siempre en su bicicleta, llevarla a una zona descampada de La Huayrona y darle rienda suelta a sus bajos instintos. En ese lugar la violó y la estranguló hasta provocarle la muerte.
Según la confesión que le dio a la Fiscalía, tras haber cometido su crimen no supo qué hacer con el cuerpo, así que decidió llevarlo a su casa y ponerlo debajo de su cama, hasta saber cómo deshacerse de él.
Recién sería la mañana siguiente que optó por intentar quemar el cuerpo a tan solo cinco metros de su casa. El mismo que sería descubierto por un motociclista, que la pensar que se trataba de un maniquí se acercó pero al descubrir la macabra escena, dio parte a la policía.
Colaboró en su propia búsqueda
Aunque parezca una broma de mal gusto, y en un afán de despistar a las autoridades, el mismo ‘Monstruo de la bicicleta’ ayudó a la Policía en las primeras investigaciones para dar con el autor del horrendo crimen, que resultó siendo él mismo.
Fue entonces que en una de esas rondas, César Alva Mendoza se acercó a una de las unidades móviles y aseguró que daría una mano para encontrar al o los asesinos de la niña. Es más, este encuentro de dio cuando iba a la mencionada comisaría del sector para que le invitaran algo de comer. Una desfachatez total.
Pero tras descubrirse el cuerpo de la menor, y sabiéndose culpable, decidió huir hasta Ica, en donde fue reconocido por una mujer en un restaurant que avisó a la policía que procedió a su captura y traslado a Lima.
MÁS VICTIMAS
Conforme el caso fue ganando la atención de todos en el país, hubieron personas que reconocieron al ‘Monstruo de la bicicleta’ como su atacante. Y a pesar de haberlo denunciado con anterioridad, no siguieron más por la inoperancia de las autoridades que las hizo desistir de hallar justicia.
Una de ellas fue identificada con el nombre de María. Ella contó que en el 2014, cuando tenía solo 17 años tomó el bus equivocado y se perdió por San Juan de Lurigancho. Al pedir ayuda, para su mala suerte, se topó con este despreciable sujeto que prometió brindarle la ayuda requerida solo si lo acompañaba a su casa. Una vez en el lugar, la metió a la fuerza y la ultrajó.
Tras el traumático acontecimiento, María denunció el hecho en la comisaría de Mariscal Cáceres, pero no continuó con los trámites por falta de dinero. Otra víctima fue identifica como Susy, quien contó que como César Alva Mendoza, en el 2016, la encontró encerrada en una casa multifamiliar ya que habían dejado la puerta con llave.
Situación que fue aprovechada por el despreciable sujeto para violarla a punta de tijera y otros instrumentos punzocortantes. Susy también puso su denuncia en la comisaría de Huayrona, pero al recibir nulo apoyo de los investigadores, y cansada de insistir, también lo dejó así.
JUICIO Y SENTENCIA
Luego de casi un año de investigaciones y del proceso judicial César Alva Mendoza, la Corte Superior de Justicia de Lima lo condenó a cumplir cadena perpetua. También a pagar 320 mil soles como reparación civil a los atribulados padres. Actualmente “El monstruo de la bicicleta” cumple su condena en el frío y temible penal de Challapalca, ubicado en Tacna a más de 4800 metros sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en el centro penitenciario de mayor altitud en el mundo. Agencias