Una mujer de 23 años murió después de un brutal ataque por una jauría mientras se ejercitaba en la localidad de Alabardón, a 15 kilómetros al norte de la capital de San Juan en México. El horror tuvo a su hermano como testigo: había recibido la llamada con el pedido de ayuda, pero no llegó a tiempo para salvarla.
Florencia, había salido a correr como parte de su rutina de entrenamiento, donde vivía, hasta que se interrumpió cuando un grupo de al menos siete perros, aparentemente sin dueño, la atacó en manada. La mujer intentó escapar del ataque, pero los animales la siguieron, le mordieron sus piernas y brazos. Por un momento, se habría resguardado entre los montes de un descampado y pudo llamar a su hermano, que es policía, para que la ayude. La comunicación se produjo en el momento del ataque. A los pocos minutos, el hermano llegó y encontró a la mujer tendida en el suelo ya sin vida y desmembrada. Agencias