Al menos 121 personas murieron en México en las últimas semanas por consumir licores artesanales adulterados, una tragedia que autoridades vinculan a la escasez de bebidas alcohólicas a raíz del freno en la producción industrial por la pandemia del nuevo coronavirus.
Los primeros casos ocurrieron a finales de abril en el estado de Jalisco (oeste), casi un mes después de que el Gobierno decretara una emergencia sanitaria para frenar la expansión de la Covid-19.
Como consecuencia de esa medida se suspendieron las clases y las actividades económicas no esenciales, incluida la producción de licores, y se sugirió el aislamiento social.
Las reservas de cerveza se agotaron prácticamente en un mes, según fuentes conocedoras del sector, y los precios del remanente se duplicaron en algunas tiendas. Agencias