Los restos desmembrados encontrados en la zona de Taquiña norte fueron identificados y corresponden a una mujer que estaba reportada como desaparecida desde hace más de un mes y medio.
Según informó el comandante departamental de la policía, Cnl. René Ríos, la víctima fue identificada como Ana O.D. de 61 años de edad, de quienes familiares confirmaron que se trataba de ella.
La autoridad policial informó que el cuerpo presentaba múltiples lesiones y partes que habrían sido devoradas por animales.
“Al examen físico externo presenta cráneo y rostro con ausencia de partes blandas, e infiltrado hemorrágico, piezas dentarias con prótesis fija, estructura ósea desarticulada de la región cervical, restos costales con bordes irregulares por animales carroñeros en estado de descomposición”, explicó.
Se espera que la autopsia y los estudios que realice el IDIF determinen las causas de su muerte, que se presume ocurrió entre hace cinco o seis días antes de su hallazgo: “La causa de la muerte estamos en proceso, vamos a determinar, la falta de estructuras óseas con que ha sido encontrado el cuerpo en ese lugar, nos dificulta para la investigación propia”.
Los restos de la adulta mayor fueron encontrados por comunarios que realizaban trabajos para riego en cercanías.
La familia informó que había desapareció el pasado 9 de septiembre y que padecía de esquizofrenia.
“El cuerpo es reconocido por la señora E.G.P. quien llegaría a ser la hija de esta persona, quien refiere que en fecha 9 de septiembre del presente su madre desapareció de su domicilio y presentaba problemas mentales”, agregó.
El 18 de septiembre la familia formalizó la denuncia por su desaparición, según el registro de la Fuerza especial de lucha contra el crimen.
En la investigación se llegó a conocer que el día que desapareció la mujer se despidió del párroco de la iglesia que frecuentaba, donde anunció que realiza un retiro para “purificarse”, la familia señaló que ayunar y recorrer el cerro era algo que solía hacer.
“En fecha 9 de septiembre se habría despedido del padre de la iglesia a la que ella asistía, manifestando que tenía que ir al cerro de Taquiña para hacer una ceremonia de purificación de fuerzas malignas, conforme a la declaración del párroco de la iglesia. Ella ha pedido la venia, la autorización para que el padre pueda darle el permiso para un retiro espiritual”, finalizó.
Sus familiares y amigos velan su cuerpo en su domicilio para darle el último adiós.
Se presume que en su recorrido por su “retiro espiritual”, la mujer cayó por el barranco llegando a perder la vida.