En el último informe brindado por el ministro de gobierno Eduardo Del Castillo se dio a conocer los resultados de operativos desplegados en el trópico de Cochabamba denominados “Halcon II”, donde se destruyeron fábricas de producción de droga donde elaboraban pasta base de cocaína y otras se dedicaban a la cristalización de dicha sustancia controlada.
El conjunto de cinco operativos fue desplegado en los municipios de Villa Tunari y Puerto Villarroel.
En la mayoría de las fábricas intervenidas se encontraron diferentes espacios como áreas de diluido, de purificación, de filtrado, de ventilación, de procesamiento, entre otros sectores.
Sin embargo, en uno de estos lugares muy pocos se percataron de la presencia de un pequeño altar religioso, algo que no es ajeno al narcotráfico, pero que en esta ocasión genera sorpresa, ya que se trata de una figura religiosa representativa del municipio de Quillacollo.
En el lugar fueron encontradas dos imágenes, entre ellas la imagen de la virgen de «Urkupiña», cuyo hallazgo sorprendió a los agentes antidrogas durante la intervención a uno de los laboratorios de cristalización de droga.
Ambas imágenes se encontraban en una especie de altar de madera, la segunda virgen es la de Guadalupe, característica de México, frente a ella se encuentra un plato donde se presumen los narcos, colocaban “ofrendas” y a lado de este hay una vela.
La imagen de las dos virgencitas, hacen presumir a los agentes antidrogas que los narcos se encomendaban todos los días para que los protegiera y no cayeran presos en manos de los policías.
Tampoco se descarta que por sus creencias en dicha fábrica operaban narcos mexicanos y quizá quillacolleños.