La neumonía es una infección en los pulmones que se puede agravar si no se trata a tiempo. Tiene una incidencia más peligrosa en niños y ancianos, por lo que debemos prestar atención a estos grupos de riesgo.
¿Qué causa una neumonía?
Normalmente, esta se da cuando el sistema inmunitario está algo débil. En ese momento, las bacterias llegan más fácilmente a los alvéolos y, como resultado, se presenta la enfermedad.
¿Qué síntomas suele presentar?
Gripe
Hay casos leves, en los que no se presenta ningún signo de la afección, y otros más graves en los que se requiere hospitalización.
Tos, que puede producir moco verdoso, amarillo o incluso sanguinolento. Fiebre, sudoración y escalofríos. Dificultad para respirar. Respiración rápida y superficial. Dolor de pecho agudo o punzante. Pérdida de apetito, poca energía y fatiga. Náuseas y vómitos, especialmente en niños pequeños. Confusión, especialmente en personas mayores.
Vale la pena mencionar que existen dos tipos: la neumonía bacteriana y la viral. La primera suele ser la más grave y sus síntomas pueden aparecer de un momento a otro. Lo más común es que se presente fiebre de hasta 105° F, sudoración y aumento de la respiración y el pulso.
Por otro lado, en la neumonía viral, los síntomas iniciales son parecidos a los de la influenza: fiebre, tos seca, dolor de cabeza, dolor muscular y debilidad. Por lo general, estos se agravan después de uno o dos días.
REMEDIOS NATURALES
Como ya mencionamos los médicos serán quienes den las pautas sobre el tratamiento que se debe seguir para mitigar la neumonía. No obstante, puedes seguir estas sencillas pautas en casa para empezar a sentirte mejor.
BAÑOS DE VAPOR
Sirven, básicamente, para despejar y desinflamar. El vapor caliente de un baño permitirá eliminar progresivamente la resistencia de la mucosidad en los alvéolos y, además, será útil para abrir las vías respiratorias, lo que ofrecerá alivio.
Llena la bañera de agua bien caliente. Luego, añade una taza (200 gramos) de sal gorda, más dos vasos de agua oxigenada (unos 400 ml). El siguiente paso es relajarse en el agua y respirar con normalidad, envolviéndose con el vapor. Se puede disfrutar de este baño de vapor todos los días durante 20 minutos.
INFUSIÓN DE JENGIBRE
Desde el punto de vista medicinal, el jengibre es una planta natural muy beneficiosa para el organismo. En cuanto a sus propiedades, un artículo de Pennington Biomedical Research Center señala que el jengibre tiene efectos antiinflamatorios y analgésicos que lo hacen útil para reducir el dolor.
Agrega unos trozos de jengibre fresco a una olla con agua hirviendo. Luego, cocina a fuego lento durante unos 20 minutos. Pasado este tiempo, cuela y sirve con miel y limón (opcional). Puedes beber esta infusión tantas veces como desees. Te puede interesar: Cómo perder peso con la raíz de jengibre.
AJO Y CEBOLLA
Sabemos que la combinación de cebolla y ajo puede tener un mal sabor y de seguro no te dejará un aliento muy agradable. Sin embargo, se dice que podría ser un remedio efectivo para tratar los síntomas de la neumonía, gracias a las propiedades antivirales y antibacterianas que se le atribuyen a estos dos alimentos.
Pica dos ajos y unos 50 gramos de cebolla muy finito y añádelo a un vaso de agua natural. Si quieres, también puedes incluir una cucharada de miel. Mezcla todo muy bien y bébelo por las mañanas.
JUGO DE ZANAHORIA
Antes de tu cena, sería ideal que te prepararas este sencillo jugo de zanahoria. ¿Por qué la zanahoria? Como lo indica el Instituto de Salud Pulmonar, este vegetal permite fortalecer los pulmones y, además, sus antioxidantes podrían contribuir a reparar el tejido dañado. Además, contienen vitamina A, calcio, hierro, magnesio, potasio, fósforo y vitaminas del complejo B.
Vierte un vaso de agua y 2 zanahorias en la licuadora. Licúa hasta tener una mezcla homogénea y bebe una vez al día.