Neymar traiciona una vez más al Barça con el “enemigo Nº1”

El FC Barcelona ya ha cerrado la puerta al regreso de Neymar. Lo que parecía un posible reencuentro con la afición culé se ha transformado en una ruptura definitiva. Y esta vez, el desenlace ha dolido más que nunca.

En las oficinas del Camp Nou consideraban su fichaje como una opción mediática. Pero con el paso de los días, la postura del cuerpo técnico y la realidad financiera han marcado otro rumbo. El técnico Hansi Flick nunca lo vio como parte de su proyecto.

Desde el primer momento, Flick fue tajante con su visión deportiva. Considera que el Barça necesita piernas frescas, continuidad y compromiso total. Ninguna de esas características encajaba ya en el perfil de Neymar.

Joan Laporta y Deco entendieron el mensaje. A pesar de los beneficios que podría generar en marketing y entradas, el club decidió no forzar una operación arriesgada. El estado físico del brasileño, su historial de lesiones y su alto salario pesaron demasiado.

Al ver que el Barça no apostaba por su regreso, Neymar activó otros contactos. Su prioridad es volver a Europa para llegar en forma al Mundial de 2026. Necesita ritmo competitivo, escapar del fútbol saudí y demostrar que todavía puede brillar en la élite.

Varios clubes han preguntado por su situación, pero solo uno ha dado el paso al frente. Un equipo que, históricamente, ha sido rival directo del Barça en la Champions.  Y que ahora está a punto de firmar al que un día fue ídolo en el Camp Nou.

Mientras Neymar negociaba en silencio, Laporta y Deco se movieron. En lugar de insistir en una operación que Flick no avalaba, decidieron ir a por un perfil más adecuado. Alguien con experiencia, jerarquía y aún con gran rendimiento.

Un nombre surgió en la mesa y rápidamente tomó fuerza. Un delantero de primer nivel, con contrato en su club actual, pero con ganas de cambiar de aires. El jugador ha sido ofrecido directamente al Barça y ha mostrado gran interés en el proyecto.

Hablamos de un futbolista que está dispuesto a rebajar sus pretensiones salariales si el proyecto le convence. A cambio, pide continuidad, protagonismo y que no llegue otro jugador en su misma posición. Su contrato sería de tres años, con un bonus de fichaje de 50 millones prorrateados. Agencias