Neymar Junior cumplió este lunes 5 de febrero 32 años sin nada que ofrecer futbolísticamente. El fallido sucesor de Messi sufrió una rotura del ligamento cruzado en octubre de 2023 y no se confía en su vuelta a los terrenos de juego hasta, por lo menos, el mes de mayo. Su presencia en la Copa América está muy en el aire y aunque el médico de la selección brasileña Rodrigo Lasmar diera por hecha su ausencia por entender que no estará a tiempo de recuperarse, el delantero del Al Hilal mantiene la esperanza de estar presente en el evento.
El objetivo último de Neymar, sin embargo, se entiende otro que va más allá de la Copa América. El reto es recuperar la brillantez perdida y demostrar que está, todavía, a tiempo, de pasar a la historia como uno de los mejores futbolistas de este siglo. Lejos de los más grandes pero sí entre los mejores. Aunque para eso debería, si está dispuesto, priorizar su profesión por encima de todo lo demás… Algo que muchos consideran que si no hizo en el pasado difícilmente hará en el futuro.
De aquel juvenil irreverente y mágico que explotó en el Santos en 2009, tres años después de pasar una prueba en el Real Madrid, apenas queda nada. El recuerdo de un impacto monumental, de un crecimiento exponencial y su época dorada en el Barcelona, club en el que vivió su mejor etapa futbolística… Y donde el entorno del futbolista, mezclada ya su imagen con el personaje, se preocupó más de sacar rédito económico de su figura a todos los niveles que de centrarse en su carrera deportivamente propiamente dicha.
En Arabia se rebeló contra ello y marcando tres goles en sus primeros cinco primeros partidos con su nuevo equipo proclamó su intención de recuperar el tiempo perdido… Hasta que en octubre, jugando un partido con su selección ante Uruguay, volvió a romperse. Una rotura del ligamento cruzado anterior y de menisco en la rodilla izquierda le mantiene ahora, otra vez, alejado de las canchas en el último percance físico de una carrera que no se sabe ya si le dará una última oportunidad. En Arabia estarían encantados si se rescindiera el contrato y Brasil lamentando que el talento, brillantez y magia que mostró en el pasado puede no volver a verse más. Agencias