La gente en Cochabamba, realiza filas para poder realizar sus compras en los mercados donde venden a un mejor precio, en La Paz, el aceite llega a costar hasta Bs 22 el litro.
La escalada de precios continúa afectando el bolsillo de las familias bolivianas, los productos básicos como la harina, la manteca, el aceite y el arroz han sufrido un incremento alarmante, impulsado en gran medida por la escasez de dólares y los problemas de importación que golpean al país.
Ante el encarecimiento del kilo de la carne de res, que bordea los Bs 62 en los diferentes mercados, las amas de casa aseguraron que se han visto obligadas a cambiar su menú a la hora de preparar el almuerzo y optan por comprar menudos como riñón, hígado, panza y tripas.
Una ama de casa, al ser consultada por la Red Uno de Bolivia señaló que, debido al alto precio de la carne, estas semanas ha variado sus platillos a riñón al jugo, milanesa de hígado y ají de lengua.
Según los comerciantes señalan que las menudencias también se han incrementado, pero a pesar de esta alza, es la opción más económica para las amas de casa. El kilo de hígado se encuentra en Bs 22, el cachete Bs 30, el kilo de tripa se comercializa en Bs 10 y el chinchulín en Bs 15 el kilo.
A pesar del impacto económico, las familias continúan comprando, aunque en cantidades reducidas. “La gente viene igual, pero el consumo ha disminuido notoriamente”, señaló una comerciante.
“La manteca que antes costaba 180 bolivianos, ahora se ofrece entre 368 y 381 bolivianos. El aceite en paquete pasó de 95 a 160 bolivianos. Y en el caso de la harina, un insumo esencial en los hogares, la de origen argentino se disparó de 180 a 390 bolivianos, mientras que la nacional alcanza los 450”, reportó Sejas.
Pero el encarecimiento no se detiene ahí. El arroz, otro alimento clave en la mesa boliviana, también ha duplicado su precio. La situación genera preocupación tanto en comerciantes como en las amas de casa, quienes esperan que las autoridades tomen medidas urgentes para frenar esta escalada de precios que amenaza con hacer inalcanzable la canasta básica para muchas familias bolivianas.