Un joven de 13 años de edad, les disparó a sus padres y a su hermano menor sin piedad alguna, porque le prohibieron el uso del teléfono móvil por los malos resultados de sus notas en el colegio. El padre, Benedito, era un sargento retirado de la policía, el cual le quitó el teléfono móvil de castigo al adolescente por su bajo rendimiento escolar.
El hecho ocurrió cuando el padre del adolescente salió de su vivienda para comprarle medicinas a la madre del menor. El menor aprovecho la ausencia de su padre y fue que tomó el arma de su padre, que estaba en la oficina, se acercó al cuarto de su madre sin hacer ningún ruido y le efectuó un disparo provocándole la muerte.
“La madre estaba esperando en la habitación, acostada, durmiendo. Llegó el joven, le puso la pistola en la cabeza y le disparó”, informó el delegado Renato Leite, responsable del caso.
El fiscal Leite informó que el padre al llegar a su hogar y darse cuenta de lo ocurrido intentó quitarle el arma al menor, en el acto fue herido de gravedad en el pecho, el hermano menor del adolescente al ver a su padre tendido en el suelo, corrió abrazarlo y su hermano le disparó mortalmente en la espalda varios tiros.
Al darse cuenta de lo ocurrido, el joven intentó fingir que hubo un intento de robo en la vivienda, el delegado Leite informó que “Entonces, con frialdad, dejó el arma donde estaba, llamó a los servicios de emergencia y trató de hacer (parecer) que había sido un robo, que habían entrado (los ladrones). Pero después de toda la diligencia que hicimos logramos esclarecer este caso”, señaló.
El joven fue enviado al Centro Educacional de Adolescentes da Paraíba, donde permanecerá a disposición de la Justicia y del Ministerio Público. Agencias