Niño muere de hambre junto al cadáver de su papá

Bronson Battersby, era un pequeñito de dos años, fue encontrado sin vida al lado del cadáver de su padre, estaba acurrucado en la oscuridad, el 9 de enero y la última señal de vida que se tuvo de ambos data del 27 de diciembre.

De acuerdo al informe forense Bronson permaneció cerca de dos semanas al lado de su padre de 60 años, quien perdió la vida a causa de un paro cardiaco, luego de las celebraciones por Navidad.

De acuerdo a los relatos recogidos por medios británicos una vecina aseguró que escuchó el llanto del bebé el 1 de enero de este 2024, durante la madrugada. La mujer habría escuchado que el pequeño llamaba a su padre repetidamente “como si intentara despertarlo”.

La mujer contó también que “oyó un ruido de cacerolas y sartenes en la cocina. Creemos que pudo haber sido Skylar, el perro que buscaba comida. La inquilina no volvió a oír nada después de eso”. El animal fue encontrado vivo por la policía y los servicios sociales el 9 de enero.

Bronson se quedó sin comida y agua por un largo tiempo, en este sentido, el niño falleció. El único integrante sobreviviente a la situación fue «Skylar», la mascota de la familia.

Kenneth, el padre del menor, tenía un problema en el corazón, estaba clasificado como una persona vulnerable. Esta situación implicaba que debía recibir la visita de una trabajadora social una vez a la semana. La primera vez que acudió fue el 2 de enero, pero al ver que nadie le abrió se fue del sitio.

Posteriormente, la trabajadora social regresó a la vivienda de la familia el 4 de enero y al no tener éxito, avisó a las autoridades. No obstante, fue hasta el pasado 9 de enero cuando decidió entrar y finalmente se dio cuenta que ninguno de los dos tenía signos vitales.

La madre del niño, Sarah Piesse, afirmó que “se perdieron oportunidades” de salvarlo. “Si hubieran hecho su trabajo, Bronson todavía estaría vivo. Pero no hicieron nada”, manifestó la mujer, que había visto a su hijo por última vez en noviembre debido a que se peleó con el padre. Con lágrimas en los ojos, dijo que a su hijo “le faltaba unos cinco centímetros para poder abrir la puerta de la heladera”. Agencias