Con una voz frágil y haciendo un esfuerzo sobrehumano, Middleton nombró a Donald Collins como su violador y torturador, poco antes de que falleciera, a los 21 años, en 2011 (Facebook familia Middleton)
Robbie Middleton sufrió quemaduras en todo el cuerpo. Según los médicos tuvo escoriaciones en el 99% de su piel. El chico no podía hablar y luchó durante 13 años contra un cáncer de piel que se le produjo tras el ataque. Postrado en la cama del hospital en su mente sabía quién lo había hecho. La Justicia buscaba al culpable del hecho ocurrido en 1998, pero no había pruebas y el único testigo permanecía internado.
Finalmente, el ya joven antes de morir pudo dar el nombre de su atacante y el caso llegó a los tribunales. En una de las audiencias ante el juez y el jurado se mostró un video en el que Robbie nombró al adolescente que lo violó y luego le prendió fuego en un intento de encubrir su propio crimen.
El equipo de defensa agregó que no hubo testigos del ataque y afirmó que los fiscales estaban jugando con las emociones del jurado. “No esperen que la defensa traiga un testigo presencial de esta tragedia porque no lo hay”, dijo el abogado de Collins ante el jurado.
Pero Robbie no fue la única víctima de Collins. Tres años después de prender fuego al chico en el bosque de Texas, fue acusado de violar a otro chico también de 8 años en 2001 a punta de pistola. Por ese abuso, pasó cuatro años en un centro de detención de menores.
La mamá de Robbie encontró a su hijo la tarde del ataque con todo el cuerpo quemado en la puerta de su casa. Estaba irreconocible, sólo pude identificar sus zapatillas de color rojo”, admitió la mujer con lágrimas en los ojos.
Robbie fue llevado de urgencia al hospital. Sufrió quemaduras de tercer grado en el 99% de su pequeño cuerpo. Solo las plantas de sus pies permanecieron intactas. A sus padres les dijeron que no sobreviviría, pero milagrosamente, lo hizo.
Los meses posteriores al ataque, Robbie estaba vivo pero no podía hablar ni moverse. Los doctores que lo atendían en el hospital de Splendora hablaban de milagro que aún pueda respirar. “Mi hijo deliraba tanto por los dolores que nombró a todos los que conocía como sus atacantes, incluido el perro de la familia”, relata su mamá.
Trece años después del ataque, Robbie nombró a Donald Collins, de 13 años, como su atacante. Donald era un depredador sexual de Texas que vivía cerca de la familia Middleton. Colleen le advertía todos los días a su hijo que se aleje de Donald y que si alguna vez lo veía mientras estaba solo, simplemente huyera.
Desde que fue prendido fuego hasta su confesión agonizante, Robbie soportó más de 200 operaciones. Esperaba dejar atrás su trauma y seguir adelante y simplemente ser feliz. “El pasado es el pasado. Tienes que dejarlo ir”, dijo Robbie con optimismo. Sin embargo, sus órganos resultaron gravemente dañados por el fuego y, a la edad de 21 años en 2011, el ya joven murió de cáncer causado por las quemaduras.
Tras la muerte de Robbie, Donald fue arrestado y acusado como adulto de asesinato capital, pese a que en el momento del ataque tenía 13 años.
El abogado defensor sostuvo que llevar el caso a un tribunal de adultos violaba los derechos de Donald porque la ley de 1998 no le permitía ser certificado como adulto. Los fiscales, sin embargo, dijeron que el asesinato no tuvo lugar hasta 2011 y, en ese momento, los menores de 10 años podrían ser juzgados como adultos. Agencias