EEUU
Con apenas 30 años y embarazada de nueve semanas de su segundo hijo, Adriana Smith sufrió el pasado febrero un grave problema de salud que le provocó una muerte cerebral irreversible, aparentemente por un error médico, según medios de comunicación. Tras lo ocurrido, el hospital de Georgia (Estados Unidos) donde se encuentra decidió mantenerla con vida de forma artificial debido a la ley antiaborto sin consultar a la familia.
Lo ha denunciado la madre de esta joven enfermera, April Newkirk, que ha lamentado que a la familia no se le ofreció elegir cómo actuar. «Esta decisión debería haber sido nuestra», ha explicado a un medio de Georgia la mujer, que sostiene que el hospital la mantiene con vida desde entonces para cumplir con una ley de Georgia que prohíbe los abortos a partir de la sexta semana de gestación.
«No digo que hubiéramos optado por interrumpir su embarazo, pero lo que sí digo es que deberíamos haber tenido la opción», ha recalcado la mujer. Adriana, con un hijo de cinco años, recibe actualmente asistencia respiratoria para permitir que el feto crezca y nazca, aunque la madre asegura que los propios médicos no tienen certeza sobre la salud o viabilidad para el feto.
El caso ha suscitado multitud de reacciones, entre ellas la de la congresista Ayanna Presley: «No atendieron sus fuertes dolores de cabeza, y, embarazada de nueve semanas, fue declarada en muerte cerebral como resultado de trombos cerebrales. Su familia la visita constantemente. Su hijo pregunta cuándo se despertará», aseveró.
«El Hospital Emory afirma que la prohibición del aborto en Georgia obliga a mantenerla con vida hasta el parto. Lleva ya tres meses. Horrible. Devastador. Inaceptable», concluye en una publicación en la red social Facebook.
Por su parte, Katie Watson, profesora de la Universidad Northwestern especializada en ética médica y derechos reproductivos, sostiene que la legislación mencionada no se puede aplicar a este caso y es una «interpretación errónea» de la norma.
Agencias.