Ocho razones para evitar la comida chatarra  

Se conoce por comida procesada a todos los productos alimentarios que han sido sometidos a un tratamiento industrial. Mediante una serie de procesos químicos se les añade características atractivas para el consumidor como mejor sabor y textura.

CONTRAINDICADOS

Las grasas trans se asocian a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por ello, se debe limitar al máximo su consumo.

PROVOCAR ADICCIÓN

La comida procesada lleva una amplia variedad de añadidos químicos que pueden producir efectos adictivos. De esta manera, nos inclinamos a consumirlos de forma habitual. En la comida de origen orgánico, los nutrientes sacian el hambre y cubren nuestras necesidades. En cambio, algunos alimentos procesados estimulan la liberación de dopamina. Una sustancia que hace que las personas se sientan bien, aunque no se estén nutriendo adecuadamente.

CAUSAR OBESIDAD

La obesidad es uno de los grandes problemas de salud públicos modernos. Muchos casos se producen debido a cuestiones genéticas. Sin embargo, la mayoría tienen que ver con los hábitos alimentarios y el consumo de comida procesada. Esta variedad de comidas está llenas de azúcares, grasas saturadas y carbohidratos, que elevan la tendencia a acumular grasa. Por otro lado, contienen químicos como el glutamato monosódico y jarabe de maíz, ambos relacionados con el sobrepeso y obesidad.

AFECTA EL PH

Uno de los riesgos de la comida procesada es que podría traer añadidos químicos artificiales. Estos químicos tendrían que ser procesados por el hígado y por los riñones para, primero metabolizarlos y luego eliminarlos. Por consiguiente, podrían forzar a estos órganos a trabajar más de lo habitual, repercutiendo en nuestra salud. Sin embargo, es posible que aún así no se lograran procesar todos los químicos, siendo expulsados a través de la orina y modificando el pH de esta.

FLORA INTESTINAL

El exceso de químicos que proviene de alguno de estos productos podría alterar la actividad de los microorganismos saludables que habitan en el intestino. Como consecuencia, podría aumentar la susceptibilidad a enfermedades digestivas e infecciosas.

DEPRESIÓN

Mientras que los alimentos de origen orgánico promueven el bienestar emocional. La comida procesada impacta de forma negativa en el estado de ánimo. Su ingesta regular podría relacionarse con las crisis de depresión, ansiedad e irritabilidad.

ENFERMEDADES CRÓNICAS

Los alimentos refinados podrían liberar sustancias que pueden causar enfermedades crónicas. Dado que aceleran el deterioro celular, con el tiempo podrían producirse patologías como la artritis reumatoide, osteoporosis o cáncer.

SALUD CARDÍACA

El sistema cardiovascular puede sufrir secuelas por cuenta de los peligros de la comida procesada. Si bien algunos lo pasan por alto, los productos más procesados son un “cóctel” de sustancias que perjudican la salud del corazón y la circulación.

La mayoría de productos muy refinados contienen grasas saturadas y exceso de sodio. Los responsables de trastornos como la hipertensión e hipercolesterolemia. Añadirlos de manera regular y durante años a la dieta puede causar complicaciones cardiovasculares.

ENVEJECIMIENTO

Los químicos contenidos en la comida procesada se identifican en el organismo como toxinas. Gracias al funcionamiento de los órganos excretores, muchas de estas son eliminadas. Por ejemplo, mediante el sudor y la orina. El inconveniente es que se produce una acumulación excesiva en el organismo, ya que muchos productos se comen de forma regular. Por consiguiente, estas partículas deterioran las células y aceleran el proceso de envejecimiento.

¿Cuáles son las comidas procesadas más comunes?

Como ya lo dijimos, el mercado está repleto de este tipo de alimentos. Teniendo claros los peligros de consumirlos, es fundamental identificarlos para limitar su ingesta. A continuación, compartimos un pequeño listado con los más comunes:

Carnes embutidas y curadas. Cereales de caja. Pan y productos de bollería industrial. Alimentos enlatados. Salsas y aderezos industriales. Refrescos y gaseosas. Snacks salados y frituras de paquete. Palomitas de maíz.