Una joven brasileña, Flavia Godinho Mafra, tenía 36 semanas de embarazo cuando murió en Canelinha, Santa Catarina, Brasil. Una mujer, que supuestamente se había obsesionado con robar un bebé, fue arrestada.
La mujer embarazada fue encontrada muerta y descuartizada, con su bebé arrancado del útero. La chica había acudido a una baby shower organizada por una antigua compañera de escuela, pero resultó ser falsa.
La pareja de su amiga de la escuela admitió haber usado un ladrillo para matarla después de atraerla a la escena del crimen con el pretexto de la celebración de la fiesta en honor a su bebé.
El detective responsable del caso, Paulo Alexandre Freyesleben e Silva, confirmó que la causa de la muerte de la víctima de 24 años fue un corte agudo en el abdomen y heridas de un ladrillo.
Según los informes, el esposo y la madre de la víctima encontraron el cuerpo. Lo habían arrojado a un patio abandonado, sin el bebé.
Más tarde, la policía se enteró de que la sospechosa y su esposo habían llevado al bebé al hospital sin vida. Ambos fueron arrestados.
Según los informes, la mujer arrestada, que era una antigua amiga de la escuela de la víctima, le dijo al oficial de policía que había perdido un hijo debido a un aborto espontáneo en enero y que se había obsesionado con robar un hijo.
La autopsia confirmará si el bebé fue extraído mientras su madre estaba viva o si ya estaba muerta.
Flavia, quien estudió pedagogía y trabajó como maestra suplente, fue enterrada en el cementerio municipal de Canelinha. Agencia