El 11 de febrero de 1990, Mike Tyson cayó del pedestal. Hasta aquella velada en Tokio, Japón, el entonces campeón mundial de los pesos pesados ostentaba un récord de 37 victorias y cero derrotas. Sus rivales caían como muñecos. Ninguno podía hacerle frente a la potencia de sus puños. Pero el estadounidense James Buster Douglas fue capaz de protagonizar el batacazo: noqueó a Iron Mike en el décimo asalto y se quedó con los títulos de la AMB, CMB y FIB.
En su autobiografía, en la que también recordó anécdotas de su etapa en prisión, el boxeador había aceptado que su preparación distó de lo ideal. “No quería pelear; todo lo que me interesaba entonces era salir de fiesta y tener sexo con mujeres. No consideré a Douglas como un gran desafío. Ni siquiera me molesté en ver ninguna de sus peleas en video. Yo había vencido fácilmente a todos los que lo habían noqueado”, subrayó en la obra.
“Además de tener sexo con las sirvientas, estaba viendo a esta joven japonesa con la que había tenido sexo la última vez que había estado en Japón. Robin (su esposa) salía de compras y yo bajaba a la parte trasera del hotel donde esta joven tenía una habitación… Así que ese fue mi entrenamiento para Douglas”, admitió.
Pero un amigo suyo, el artista Bobby Brown (ex pareja de Withney Houston) dio detalles de aquellas fiestas salvajes que decantaron en el primer traspié de su carrera. En un documental transmitido por el canal A&E, el cantante, de 53 años (e integrante del círculo íntimo de Tyson desde hace 30), reveló: “Solíamos hacer locuras. Hubo momentos en los que festejábamos muy, muy duro, y uno de esos fue en Tokio antes de la pelea con Buster Douglas”.
“Fueron dos días. Debía haber dos docenas de chicas en la habitación conmigo y Mike… Y festejamos. Yo estaba tratando de decirle que durmiera un poco”, amplió la escena Brown. Douglas aprovechó el pobre estado físico de su adversario y le propinó una impensada derrota, al menos para los que no formaron parte de tamaño jolgorio. ¡Eventualmente ahí durmió un poco!”, se burló el cantante, en alusión al ring. Aunque casi inmediatamente le suplicó al entrevistador: “No pongas esa parte por favor, me va a matar”. Agencias