El atroz caso de violencia intrafamiliar protagonizado por dos ciudadanos venezolanos, madre y padrastro de un niño de tan solo tres años. Ellos vivían en el barrio Patio Bonito de la localidad de Kennedy, en Bogotá, Colombia, maltrataban frecuentemente al menor y el 3 de junio lo mataron. Cuando lo llevaron a un Centro de Atención Médica Inmediata (CAMI) cercano a su residencia, los doctores se dieron cuenta que el niño ya no tenía signos vitales.
La Fiscalía confirmó que los ciudadanos extranjeros aceptaron que cometieron los delitos de homicidio agravado en concurso heterogéneo con violencia intrafamiliar, y favorecimiento al homicidio en concurso heterogéneo con violencia intrafamiliar.
“Los procesados aceptaron los cargos y deberán cumplir medida de aseguramiento privativa de la libertad en centro carcelario”, indicó el ente investigador. De igual manera, las autoridades señalaron que el menor tenía graves lesiones y quemaduras en el 80% del cuerpo.
Cuando la pareja sacó de su hogar al niño envuelto entre sábanas para llevarlo al CAMI, los vecinos intentaron lincharlos, lo que generó una intervención de la Policía para evitar desmanes en el barrio Patio Bonito.
La mamá del niño asesinado también tiene una hija de 4 años, que las autoridades pusieron a cargo de Bienestar Familiar.
El detonante para que el padrastro golpee brutalmente habría sido por que el niño pido algo para comer cuando lo llevaron al hospital el niño presentaba golpes, Fracturas, Quemaduras que evidenciaban que el niño era constantemente golpeado.
Los vecinos aseguran que la madre es cómplice de la muerte del pequeño ya que, según alegan, ella no hizo nada para defender a su pequeño hijo. Dicen que la mujer, desde que llegó de Venezuela a Colombia, se desempeñaba como prostituta mientras el sujeto se quedaba en casa bebiendo licor.
Y pese que el padrastro confeso el crimen ante la policía la madre del niño mintió e intento hasta el último momento defender a su pareja asegurando que ellos habían encontrado al niño muerto. Agencias