África
En el mundo hay varias religiones, muchas personas salen a las calles y predican las palabras escritas en la biblia. Aunque no sean escuchados lo realizan de manera constante. En un país de África, un hombre quiso enseñar a los pobladores el poder que tenía para sobrevivir.
Un joven de 22 años, llamado Sakara, era el pastor de una iglesia. Pidió a tres miembros de la congregación que cavaran una tumba poco profunda para demostrar la verdad de la resurrección de Jesucristo. Lo amarraron de pies y manos. Después lo ingresaron a un ataúd.
Durante tres días, el muchacho estuvo encerrado. Los feligreses lo sacaron, sin embargo él ya estaba muerto. Intentaron revivirlo con ritos espirituales pero no tuvieron éxito. Las últimas palabras del pastor fueron: “Volveré a la vida después de tres días como el hijo de Dios”. Las autoridades de Zambia informaron que se presentarán cargos contra seguidores que ayudaron a Sakara. Agencias