Nikole Mitchell tenía una vida perfectamente organizada. Era una de las pastoras religiosas más influyentes de la Iglesia Woodland Hills, en Minnesota (Estados Unidos), estaba casada y para la comunidad era una madre ejemplar de sus hijos de 10, 7 y 4 años. Pero en algún momento todo lo que se reprime logra salir a la luz.
Una obra de teatro hizo explotar todo eso que tenía guardado y que se esforzaba por mantener en su interior. Era una propuesta orientada a la comunidad LGBT y ella fue a verla a finales del 2016.
Sentada en su butaca, helada e inmóvil, la mujer vivió una revelación que la cambió para siempre: «Yo pensaba: ‘Dios mío, no creo que sea heterosexual’. Sacudió mi mundo», confesó Nikole en el New York Post. Desde ese día entendió que era bisexual y pansexual y comenzó la reconstrucción de su identidad, una tarea que para una persona tan involucrada en el mundo religioso parecía, simplemente, imposible: «Sabía que si revelaba mi rareza lo perdería todo, porque la iglesia no da la bienvenida a esas personas».
Hoy es una bailarina erótica que se sustenta a través de la plataforma OnlyFans, donde vende sus fotos y videos a sus seguidores. «Desde muy joven, había fantaseado con ser stripper. Pero fui adoctrinada para creer que mis deseos y mi cuerpo eran innatamente pecaminosos y malos», describe en la actualidad.
Proveniente de una familia extremadamente conservadora, ya cuando decidió ser pastora hizo ruido en su círculo íntimo: «Me enseñaron que a las mujeres no se les permite liderar y que deben estar en la cocina y con los niños», señaló Mitchell, de 36 años. «Así que aunque iba en contra de todo lo que me dijeron, decidí convertirme en (pastora) por mi amor por la actuación».
Lo que siguió fue el lanzamiento de su cuenta OnlyFans, donde publica fotos y videos explícitos a cambio de dinero. Y así, en cuestión de algunos meses, Mitchell había pasado de ser una referente religiosa a una stripper y modelo erótica. Agencias