Sin lugar a dudas religión y política no van de la mano, mucho más cuando existe de por medio el interés económico. Esta es historia del pastor Anderson do Carmo, de 42 años, que fue acribillado con más de 30 disparos en junio del año pasado, justo en el garaje de su casa en la región metropolitana de Niterói, Rio de Janeiro, luego de haber participado en una ceremonia evangélica.
Aunque en ese entonces la esposa del pastor atribuyó el incidente a un simple asalto, la Fiscalía de Brasil aseguró este lunes que Dos Santos planeó el asesinato de Do Carmo desde el 2018 por una disputa de dinero y poder. El ente de control, igualmente, señaló que las investigaciones indicaron que la parlamentaria brasileña intentó envenenar al religioso al menos en seis oportunidades, antes de mandarlo matar.
“Flordelis es responsabilizada por orquestar el homicidio, convencer a sus hijos de ejecutarlo y fingir que se trató de un robo que resultó en el asesinato”, precisó la Fiscalía en un comunicado de prensa.
De acuerdo con las indagaciones, Flávio dos Santos Rodrigues, primogénito biológico de Flordelis, disparó contra su padrastro con un arma comprada por Lucas César dos Santos, hijo adoptivo de la pareja. Ambos están presos desde el año pasado.
Las autoridades judiciales enfatizaron que el motivo del crimen sería que Do Carmo mantenía un riguroso control de las finanzas, impidiendo un trato preferencial de las personas más próximas a la mujer, en detrimento de otros miembros de la numerosa familia, compuesta por 51 hijos adoptivos.
En total, once personas, casi todas de la familia, fueron denunciadas e irán a juicio, incluida Flordelis que no puede ser detenida sin autorización del congreso, ya que tiene inmunidad parlamentaria.