Standard & Poor’s (S&P) Global Ratings alertó en su reciente evaluación que los conflictos políticos internos en Bolivia están dificultando la capacidad del país para mejorar su situación financiera y económica. Esto aumenta los riesgos para la estabilidad económica y monetaria, ya que el país tiene menos margen para enfrentar sus desafíos económicos y mejorar su capacidad crediticia.
El término “estancamiento político” en un informe de Standard & Poor’s (S&P) Global Ratings se refiere a una situación en la que las divisiones y conflictos políticos impiden la toma de decisiones y la implementación de políticas efectivas.
SP es una agencia de calificación crediticia que evalúa la capacidad de entidades, como gobiernos y empresas, para cumplir con sus obligaciones financieras. Estas evaluaciones son conocidas como calificaciones crediticias.
Estas calificaciones proporcionan una opinión informada y estandarizada sobre la calidad crediticia de un emisor, lo que ayuda a los inversionistas a tomar decisiones con mayor confianza. Las entidades con buenas calificaciones pueden acceder a mercados financieros más fácilmente y a menores costos, lo que les permite obtener financiamiento para proyectos y crecimiento.
Aunque el Gobierno rechazó la “evaluación pesimista” de la agencia porque no valoró algunas cifras en ascenso, la situación política interna está influyendo de manera negativa en los desafíos económicos que tiene Bolivia en medio de una crisis económica que la golpea.
La calificadora sostiene que “las divisiones políticas se han intensificado de cara a las elecciones presidenciales de 2025, y eso ha retrasado las aprobaciones de financiamiento externo provenientes de entidades oficiales. La falta de transparencia en datos clave de las cuentas externas también exacerba la incertidumbre”.
En la Asamblea Legislativa Plurinacional están estancados más de 1.100 millones de dólares de créditos externos debido a la falta de consensos entre bancadas y el informe de SP apunta específicamente a la pugna sin cuartel dentro del partido en función de gobierno, el MAS.
El MAS afronta una “guerra” interna entre corrientes leales al expresidente Evo Morales y al presidente Luis Arce, y que ha derivado incluso a enfrentamientos físicos entre sus militantes durante la marcha dirigida por Morales en contra de Arce hace dos semanas.
La agencia también advierte que “las disputas políticas en vista de las próximas elecciones reducen la capacidad del gobierno para atender los desafíos”. “Las próximas elecciones presidenciales se realizarán en 2025, lo que ha intensificado las divisiones partidarias, y ha perjudicado la cohesión y la previsibilidad de las políticas públicas”, alerta. Agencias