Perdió a su esposo y lucha contra el cáncer para no dejar a sus 5 hijos

“Me voy a morir” es lo primero que pensó Martha Mendoza, de 39 años y mamá de cinco hijos, con edades de 22, 20,16, 9 y una bebé de 1 año y medio de edad, cuando los médicos le diagnosticaron cáncer cervicouterino. Con el corazón hecho pedazos por el futuro de su familia, su mundo comenzó a derrumbarse. Las lágrimas le caían si parar, sólo pensaba en el porvenir de sus retoños y cómo conseguir dinero para iniciar su tratamiento de quimioterapia.
Su esposo y el padre de sus hijos la apoyó en todo momento y juntos batallaron contra viento y marea para costear las sesiones de quimioterapia que erradicaría el tumor. Las cosas parecían mejorar para la familia de Martha, pero en una de sus visitas al hospital, le dijeron que el tratamiento no estaba funcionando del todo. Sus ánimos la abatieron y sus defensas bajaron, eso empeoró su salud.
Cuenta que en las noches es donde más dolor sentía y la preocupación por no sobrevivir le causaba aún más tristeza, sobre todo por sus hijos, a quienes ama con todas sus fuerzas. “Son mi vida”, relata a ANF, entre lágrimas. Revela que hubo días que no tenía con qué alimentar a sus pequeños, pese a todos los esfuerzos que hacía su pareja para que el pan nunca falte, pero los altos costos de las medicinas y de cada sesión de quimioterapia, que oscilaban entre Bs 4.000 y más, agravaba su situación financiera.
Llegó el día de la última sesión de su tratamiento, después de los análisis, los médicos resolvieron que Martha debía seguir con radioterapia para salvar su vida. Con la esperanza de sanar comenzó con las radiaciones. Eso la debilitó aún más y comenzó a deprimirse porque los dolores no cesaban y escaseaba el dinero. Pero al ver a sus hijos y a su esposo, que la animaban para que continúe luchando por su vida, prometió seguir adelante.
Parecía que todo iba mejorando. Sin embargo, en enero de este año, su esposo falleció a causa de un accidente. Quedó devastada y sin fuerzas para seguir. Revela que su situación empeoró, su salud cada vez empeoraba, las deudas se acumulaban, sus hijos estaban deprimidos y abandonados. Los mayores abandonaron los estudios para trabajar y ayudar con los gastos de la casa, los medicamentos y el alquiler de la vivienda.
Al ver a sus retoños, sobre todo a la más pequeña que no se despega de su lado, Martha se prometió continuar por ellos y vencer el dolor que le producía la enfermedad. Aguantando su sufrimiento, comenzó a vender rellenos de papa, postres y arroz en la calle para generar ingresos. Había días que ya no podía caminar por la enfermedad, con el pasar de los días comenzó a debilitarse y tuvo problemas con sus riñones, los médicos le pusieron catéter.
Después de terminar las sesiones de radioterapia debía continuar con braquiterapia en el oncológico de Santa Cruz, pero al poco tiempo, a mediados de marzo, el Gobierno decretó cuarentena por la pandemia del coronavirus (Covid-19) que impidió que su viaje al oriente para seguir con el tratamiento se lleve a cabo. Hasta la fecha, Martha sigue sin poder acceder a ese procedimiento.
Cuenta que, por esa situación, ya casi no puede moverse y al parecer, el cáncer hizo metástasis en sus pulmones. “Se ha expandido el cáncer, no he podido viajar a Santa Cruz por la braquiterapia. Me han hecho análisis y parece que ha saltado al pulmón, lo van a confirmar la próxima semana”, relata.
La mujer lamenta que las autoridades de salud no hayan priorizado garantizar la atención de los enfermos oncológicos. Además, señala que para hacer consultas en el hospital de Clínicas le pidieron una prueba de Covid-19, pero por falta de dinero no pudo realizarse ese diagnóstico para que los galenos de ese nosocomio atiendan sus dolencias.
En este último mes, la situación de su familia es crítica, dejó de trabajar y sus hijos no consiguen trabajo. La niña de un año y medio necesita pañales y leche, además de ropa.
“Ya no puedo ni trabajar, mis hijos no tienen trabajo por esta cuarentena. El dueño de casa, me comprende, pero tengo que pagar luz y agua y no sé de dónde voy a sacar plata. No puedo trabajar, a veces los dolores me atacan en cualquier momento, mis hijos se han quedado sin alimentos, mi hijita, la más pequeña no tiene pañales. Yo estoy sufriendo por los dolores porque no puedo comprar mis medicinas”, asevera.
Afirma que no quiere perder la esperanza de curarse para cuidar a sus cinco hijos. Admite que le da terror pensar en dejar huérfanos a sus retoños. “Ya perdieron a su papá, no quiero que me pierdan a mí. ¿Qué va a ser de ellos, mi hijita de un año, me necesita y yo quiero seguir por ellos. No me voy a rendir”, dice, entre sollozos.
Para ayudar a la familia de Martha que vive en la zona El Kenko de la ciudad de El Alto, pueden contactarse al 69742029 o 63127979. Para aportes está disponible la cuenta bancaria: 701158-000-001 del Banco Sol a nombre de Martha Lucy Cuares Mendoza. Agencias