En casos extremos, los garantes atraviesan experiencias terribles al límite de perder sus bienes y la figura suele repetirse, haber confiado en quien no debían.
“No dudamos en ayudarla, ya que nos conocemos desde niñas y se le tenía un cariño especial en mi casa”, explica Rocío (nombre cambiado) en su publicación en las redes sociales.
¿QUÉ ES UN GARANTE?
Son personas que apoyan a amigos, conocidos o familiares a obtener créditos bancarios o préstamos individuales, garantizando que la deuda será saldada de una u otra manera, en muchas ocasiones no saben realmente los riesgos a los que se exponen.
“Entonces normalmente una persona va en garante personal o mancomunada con el mismo deudor y el garante tiene las siguientes obligaciones, primero garantiza que ese monto de dinero que se le está otorgando al deudor tiene que ser devuelto en un tiempo o un plazo establecido, si no se cumple ese plazo establecido u otorgado para que pueda devolver esos dineros automáticamente se inician las acciones civiles, en este caso correspondería la acción civil en la vía ejecutiva o la vía coactiva”, explica el abogado Juan Carlos Montaño.
LOS RIESGOS
“Norma C.M. es una señora que saco -crédito- del banco grupal, esta señora en cuanto agarro el dinero, se fue, su celular lo apagó, no me respondes los SMS, le hable a su pareja en la cual me dijo que él pagaría que ella se fue a Chile…yo soy su garante de la señora, pero yo no me puedo hacer responsable de su cuota”, es la denuncia de Jhoselin otra afectada que busca en las redes sociales a la deudora por quien responde.
Tanto Rocío y Jhoselin viven en la actualidad la peor situación posible al haber accedido a ser garante de alguien más.
La primera cuenta que una amiga suya, con quien creció en la infancia, convenció a su mamá para que fuera su garante en un préstamo del banco que al final no pago.
“Con artimañas y engaños lograron sacar 37.000 dólares (a mi mamá le dijeron que siempre se pide un monto alto, que luego el Banco lo rebaja a la hora de aprobar un crédito). Lo que en un principio era una garantía de 10.000 dólares, abusando de la confianza y aprovechándose de que ella es una persona mayor, lograron que ella les diera los papeles de mi casa”, explica.
La segunda busca en las redes sociales a familiares de la deudora, debido a que le exigen el pago del crédito del que se benefició.
¿QUÉ PASA SI EL DEUDOR NO PAGA?
En ambos casos las dos afectadas se ven obligadas a pagar la deuda y llegando a extremos pueden afrontar un proceso civil, en dos vías la ejecutiva o coactiva.
“Esos dos procesos se inician ante un juez en materia civil y el juez automáticamente y de manera inmediata pronuncia una resolución una sentencia en contra del deudor principal y obviamente también contra de su garante, otorgándoles un plazo y si no se cancela esa deuda entonces el acreedor (banco o prestamista) automáticamente tendría que acudir sobre los bienes del garante”, explica Montaño.
En los casos extremos, los bienes que se ponen como ‘garantía’ son rematados para pagar la deuda. “Y si de alguna manera el deudor o el garante se resisten a cancelar ese monto de dinero, se llega a un remate, ya sea del auto, de la casa o de algún bien inmueble que se ha otorgado en calidad de garantía. Pero al final el que llegaría a cancelar la deuda, si es que no cancela el deudor principal, es el garante”, agrega.
¿QUÉ PASA SI EL DEUDOR DESAPARECE?
“Ahora me encuentro a punto de perder mi casa porque ellos se escaparon a Santa Cruz. No contestando ni mensajes ni llamadas HACE 1 AÑO, a día de hoy ellos deben 48.000 $ y subiendo, no contando sus otros 2 préstamos. Mientras tanto viven felices de la vida, dándose lujos y de fiesta en fiesta, mientras otros padeciendo por su culpa. Llevo 1000 noches sin poder dormir, con la preocupación a cuestas en busca de soluciones. Son muchas lágrimas derramadas por su culpa”, lamenta Rocío.
La experiencia de las dos jóvenes se repite en múltiples historias similares en las redes sociales, donde a los garantes no les queda más que denunciar a los deudores, exponerlos o al menos alertar a otras personas para que no caigan.
“Al estar en la central de riesgos y con cuentas congeladas en todos los bancos, buscarán a gente que pueda ayudarlos a sacar dinero del banco o pedirán prestado. No caigan en su trampa”, finaliza en su denuncia Rocío.
En los casos atendidos por Montaño, explica que, en efecto, las personas llegan a perder sus bienes por deudas ajenas. “Lamentablemente, nosotros hemos visto en la práctica de que termina pagando el garante, no el deudor, porque el deudor no tiene como decimos vulgarmente no tiene donde caer muerto. Las personas que acuden ante otra tercera persona para que les garantice un préstamo, les llegan a convencer de una u otra manera y bueno, a veces las personas caen, ya sean parientes, padrinos, ahijados, caen a ese favor, aparentemente que le estuviese haciendo al deudor; sin embargo, creo que no es un favor, sino que se está buscando un problema a lo futuro”, señala.
¿QUÉ HACER EN CASOS EXTREMOS?
Montaño, asegura que en caso de que el garante se vea conminado a pagar la deuda y el deudor desaparezca, lo primero que debe hacer el afectado es recibir asesoría jurídica para no perder sus bienes.
“Normalmente, cuando un deudor que no puede llegar a cancelar la deuda y obviamente ya está en un proceso judicial desaparecen, son declarados rebeldes en la vía civil, les designan un abogado defensor, entonces que tiene que hacer el garante tomar los servicios de un abogado profesional, no esperar llegar a un remate de sus bienes, tienen que asumir defensa de manera inmediata para que, mediante el abogado, puedan de alguna manera salvar el inmueble”, recomienda.
¿ESTÁ PENSANDO EN SER GARANTE?
El jurista finaliza con una recomendación para aquellos que consideran ser garante de un préstamo, principalmente ante una entidad financiera.
“Para ser un garante, en este caso sea personal o mancomunado, ya sea ante una institución financiera, bancaria o ante una persona natural, el garante tendría que pensarlo mil veces, la recomendación es que no lleguen a ser garantes, peor aún de personas que no son conocidas o personas que no son solventes”, finaliza.
En el caso de las dos jóvenes afectadas, aún continúan en su búsqueda de los deudores, para que de alguna forma no terminen pagando las deudas de otra persona o pierdan sus bienes.