Las cifras son elocuentes: desde que comenzó la pandemia del coronavirus en Perú, 110 médicos y cerca de 90 trabajadores de la salud han muerto como consecuencia del Covid-19, y otros 7.000 han sido contagiados. El Colegio Médico incluso gestiona y financia vuelos para trasladar a los galenos que están más graves, con el fin de brindarles una atención que permita salvarles la vida. Es un escenario poco alentador y las autoridades sanitarias de ese país sudamericano lo saben. Por eso, el pasado lunes 3 de agosto el gobierno de Martín Vizcarra autorizó la contratación de médicos extranjeros que no estén colegiados y que, por tanto, no tienen sus títulos homologados.
La decisión abrió la puerta para los miles de médicos venezolanos que, tras emigrar hacia Perú, no han podido ejercer su profesión debido, precisamente, a que no habían podido realizar un trámite que suele ser muy costoso. «Hace unos meses se tomó la decisión de contratar médicos venezolanos, pero debían estar colegiados en Perú. Ahora ya no tienen que estar colegiados, pero sí deben tener sus títulos apostillados (legalizados)”, explica a DW Carlos Scull, representante en Perú del líder opositor Juan Guaidó, reconocido por una cincuentena de países como presidente encargado de Venezuela.
«Es una idea muy positiva, estimamos que hay alrededor de 3.000 médicos cirujanos venezolanos en Perú y es bueno que ellos se puedan sumar a esta lucha contra el Covid-19”, dice el diplomático. Su representación está trabajando para legalizar los títulos. «Muchos tienen la disposición de moverse a provincias también, con tal de poder ejercer su profesión”, revela Scull, quien cuenta que solo el 20 por ciento de los doctores estaba colegiado. Al quitarse ese requisito, el abanico se abre bastante para los médicos extranjeros.