La solicitud del Bloque Nacional de Plataformas 21F se envió al Ministerio de Gobierno. Piden que el predio sea utilizado para recluir a quienes atenten contra los intereses de la ciudadanía. A la fecha, el lugar permanece cerrado
En una carta enviada al Ministerio de Gobierno, un conglomerado de grupos ciudadanos solicitó al Gobierno de turno convertir el ‘Museo de la Revolución Democrática y Cultural – Orinoca‘ o también conocido como el ‘Museo de Evo’ en una cárcel modelo para las autoridades que incumplan con sus deberes, funcionarios corruptos e incluso personas que atenten contra la salud de la población.
El pedido emerge en una coyuntura marcada por diferentes observaciones a la administración pública, principalmente de la anterior gestión, así como un escenario que mantiene a Bolivia bloqueada por grupos movilizados que exigen que las elecciones se celebren el 6 de septiembre y no así el 18 de octubre como lo determinó el Órgano Electoral.
El Museo de Orinoca fue inaugurado con bombos y platillos durante el Gobierno de Evo Morales, pero a la fecha permanece vacío. La creación de este museo fue establecida en julio de 2006, cuando también se declaró a la localidad de Orinoca como Patrimonio Histórico Nacional y a la vivienda donde nació el presidente Evo Morales como monumento histórico.
«Proponemos que el museo, que fue levantado para alimentar el ego del mayor despilfarrador de la historia de nuestro país, se convierta en una cárcel modelo de máxima seguridad para que reciba a todos aquellos corruptos que hayan robado o malversado los recursos de nuestro país», reza el pedido del denominado Bloque Nacional de Plataformas 21F.
El edificio cuenta con más de 10.000 metros cuadrados. Fue inaugurado en febrero de 2017. Fueron invertidos más de Bs 50 millones. Actualmente está cerrado.
Según dicha organización, Orinoca es un lugar adaptable para un centro penitenciario, ya que se encuentra a 185 kilómetros de la capital orureña y tiene menos de 1.000 habitantes, donde la mayoría no cuenta con servicio básicos como agua potable o alcantarillado y una de las pocas funciones que pudiera cumplir es la de una cárcel donde se aplique disciplina a los reos.
El activista Guillermo Paz señaló que el sitio es ideal para una cárcel porque es un espacio no productivo y no autosostenible. Además, por su lejanía tampoco podría funcionar como un hospital, al contrario, sería ideal para quienes no cuidan la vida.
Según datos del Estado, la obra demandó una inversión total de Bs 49,2 millones y fue construida en una superficie de 10.814 metros cuadrados. Consta de tres bloques (Inchura, Sullca, Collana) y diversos ambientes como un teatro al aire libre, patio ceremonial, templo andino, entre otros.
Al respecto, el abogado constitucionalista Marcelo Basswerner lamentó que este edificio hubiera sido una creación en nombre de la vanidad y que atenta contra los intereses de la población. «Todos somos iguales ante la ley y no debería haber un homenaje a la personalización», manifestó a EL DEBER, en referencia al expresidente Evo Morales.
Según el criterio de Basswerner, actualmente entre la gente afín al Movimiento Al Socialismo (MAS) hay un choque de valores, puesto que los bolivianos tienen una Constitución Política del Estado que hace a la esencia de los habitantes del país, pero los masistas hacen que esta no tenga sentido porque no guardan el mismo criterio del resto de ciudadanos al anteponer una fecha electoral por encima de la vida y la salud de las personas.
Por su parte, Eduardo Gutiérrez, otro de los solicitantes de convertir al museo en una cárcel para quienes atenten contra los intereses de los bolivianos, adujo que en el actual contexto el principal interés de la población se enfoca en cuidar la salud.
En enero de este año, la exministra de Culturas Martha Yujra señaló que el futuro de esta infraestructura sería sometida a consulta de los vecinos del lugar, ya que no se puede decidir de manera arbitraria. Agregó que el objetivo del Gobierno transitorio es la pacificación del país. De momento, el tema no ha sido atendido. Agencias