Los polacos votan este domingo en la primera vuelta de unas elecciones presidenciales y podrían ser determinantes para el Gobierno nacionalista conservador.
El presidente saliente, Andrzej Duda, de 48 años, aspira a un segundo mandato. Se presentan otros diez candidatos, pero según las encuestas, su verdadero rival es el alcalde liberal de Varsovia Rafal Trzaskowski, del principal partido de la oposición, Plataforma cívica (PO). La segunda ronda se disputará el 12 de julio.
La victoria de Trzaskowski, también de 48 años, asestaría un golpe al Gobierno del partido Ley y Justicia (PiS), que impulsó con Duda una serie de reformas polémicas, especialmente en el ámbito judicial.
Según Ley y Justicia, estos cambios eran necesarios para eliminar la corrupción entre los jueces. Sus socios de la Unión Europea critican sin embargo las reformas del Gobierno porque consideran que erosionan la democracia, apenas tres décadas después de la caída del comunismo.
Pero el presidente estadounidense, Donald Trump, que considera al Gobierno polaco un aliado europeo clave, apoyó esta semana a Duda. El jefe de Estado polaco fue el primer dirigente extranjero en ser recibido en la Casa Blanca desde el comienzo de la pandemia, solo cuatro días antes de los comicios.
Las elecciones se vieron muy afectadas por la crisis del coronavirus, que obligó a las autoridades a aplazarla de mayo a junio.
Para este domingo se ha previsto un nuevo sistema de votación híbrido -por correo y convencional- para prevenir contagios.
Los datos oficiales dan cuenta de más de 33.000 casos de contagios y más de 1.400 muertos, pero el ministro de Salud reconoció que podría haber hasta 1,6 millones de casos no detectados en Polonia, un país de 38 millones de habitantes.