Cochabamba
“Por culpa de la minería nos estamos muriendo, ya no hay vida en nuestro territorio”, afirmó en su testimonio Emiliana Apaza, comunaria del ayllu San Agustín de Puñaca, frente a los representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Ya no podemos sembrar, no hay agua ni para tomar. Nuestra vida es muy triste. Queremos una solución. Ya no tenemos vida. Nuestros animales están naciendo con defectos”, agregó doña Emiliana Apaza.
En los últimos días, mediante una plataforma en línea, se reunieron los comisionados de la CIDH, miembros del ayllu Puñaca, responsables del Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (CENDA) y representantes del Estado para analizar el caso de “contaminación y afectaciones al derecho al agua por la explotación minera” en el ayllu San Agustín de Puñaca, ubicado en Oruro.
Esta pequeña comunidad, compuesta por 60 familias, comenzó una Acción Popular en 2021, por los daños que estaba ocasionando la minería en su calidad de vida. Desde aquel año hasta hoy, no tuvieron una respuesta del Estado, lo que los llevó a acudir a esta instancia internacional para obtener ayuda.
Como parte de sus pruebas, mostraron los resultados de la muestra biológica que se hicieron a 20 comunarios, de entre 43 y 74 años, en septiembre del año pasado.
Los análisis de laboratorio de sangre y orina revelaron que el 100% de los participantes presentan concentraciones de arsénico, mientras que el 10%, cadmio y el 5%, plomo, con valores que superan los estándares internacionales.
Sergio Vázquez, director de CENDA -institución que acompañó todo el proceso de denuncia- resaltó dos puntos de la audiencia. El primero es que el ayllu pudo demostrar el grado de contaminación que existe en el agua, la tierra y las personas; en segundo lugar, se puso en evidencia la omisión de datos por parte del Estado al momento de analizar las pruebas presentadas por la comunidad, lo que derivó en que concluyera que “no existe contaminación generada por la mano del hombre”.