Los celestes dominaron prácticamente toda la primera mitad. Pese a que solo marcaron un gol generaron seis situaciones claras de peligro sobre el arco de Yohan Gutiérrez, que la pasó mal todo el tiempo.
Las proyecciones de Roberto Carlos Fernández y Patricio Rodríguez fueron el dolor de cabeza de la zaga atigrada, especialmente del volante argentino, que jugó su mejor partido desde que juega en Bolívar.
Francisco Da Costa fue el primer en poner el alerta a los aurinegros con su remate al poste a los 6 minutos. El brasileño no estuvo fino en la definición. Tuvo un par de oportunidades, pero sus remates no tuvieron buena dirección. De todas formas, buscó siempre asociarse al juego de los volantes para generar mejor juego ofensivo.
Los que estuvieron encendidos fue la dupla Fernández-Rodríguez. El gol llegó en una jugada preparada. En un tiro libre, el argentino tocó suave al ex Blooming, quien de cara al arco fusiló a Gutiérrez.
Al filo del final de la etapa pudo llegar el segundo en una jugada similar. Esta vez fue al revés. Pase de Fernández a Rodríguez y esté estrelló la pelota al travesaño.
En el complemento, el Tigre intentó equiparar el juego. Cristian Díaz reforzó el ataque con el ingreso de Jaime Arrascaita, Enrique Triverio y Jair Reinoso.
Mejoró el rendimiento del Tigre. Henry Vaca falló de cara al arco una gran oportunidad para empatar a los 52’.
Se puso bravo el partido y eso gustó a la afición que soportó la lluvia desde las graderías. Bolívar mantuvo el libreto y eso le permitió a los 58 minutos tener otra oportunidad de gol. Leonel Justiniano remató a uno de los postes. Si entraba liquidaba el pleito, sin embargo fue la oportunidad para que el Tigre insista en buscar el empate.
Los últimos minutos del complemento fueron favorable para los aurinegros, que adelantaron sus líneas en su afán de tener más peso ofensivo. Henry Vaca gravitó más por ambas puntas y eso ayudó a que Triverio y Reinoso tengan más espacios de cara al arco de Rubén Cordano, que el minuto 88’ ahogó el grito de gol de los aurinegros con una gran tapada.
La intensidad misma del partido provocó roces y faltas, como la que cometió José Sagredo cuando se jugaba un minuto de descuento lo cual ocasionó que sea expulsado por doble amonestación.
Al ver el peligro que corría la victoria, en este tramo Zago incorporó al defensor español Alberto Guitián y al volante de marca Pablo Lima. El fin era reforzar la zaga y retener los embates del Tigre, que pese a su lucha no pudo al menos conseguir la paridad.