Jonathan Watson fue condenado en 2009 a cadena perpetua por asesinato en Estados Unidos. Con la llegada del año 2020 y con 49 años tuvo un cambio positivo en la cárcel y gracias a su buena conducta fue trasladado del nivel de seguridad 3 a uno de menor rango, en la cárcel de Corcoran en California.
De estar aislado en una celda pasó a compartir espacio con otros dos reos, considerados de menor peligrosidad por el sistema. Los dos sujetos eran condenados por pedofilia, uno de ellos un agresor sexual y el otro un traficante de menores.
Dos horas antes de cometer los crímenes había advertido a las autoridades penitenciarias que estaba a punto de tomar acciones contra los dos reos, David Bobb de 48 años y Graham De Luis-Conti de 62, ya que los había escuchado hablar de sus crímenes sin el menor arrepentimiento, según contó él mismo en una carta al diario The Mercury News.
Watson pidió que fuera trasladado de regreso a un penal de nivel 3 nuevamente, pero no le hicieron caso. El consejero a quien realizó la petición «se burló y lo hizo marchar», contó.
Al regresar a su celda, Watson observó que Bobb miraba programas de televisión para niños, como hacía todo el día y le hizo un reclamo:»¿Realmente vas a ver esto delante de todos nosotros?». Tomó un bastón y lo mató a golpes.
«Estoy en una posición única donde tengo acceso a este tipo de personas y muy poco que perder. Estos individuos son la peor pesadilla de cualquier padre», escribió Watson.
«Estas familias pasan años planeando de manera cuidadosa y articulada cómo darles a sus hijos todas las oportunidades que nunca tuvieron, y aparece un monstruo que cambia la trayectoria de ese niño para siempre. Volvería a hacerlo», concluyó.
Watson fue condenado nuevamente a cadena perpetua tras confesar los crímenes y regresó a un penal de máxima seguridad donde permanecerá aislado. Agencias