La Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (Aopeb) rechazó mediante un comunicado las medidas que buscan aprobar el uso de semillas transgénicas para la producción de soya, entre otros alimentos y productos, que estaría buscando la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), con respaldo del Gobierno.
“Rechazamos rotundamente el intento de ANAPO en buscar en esta crisis la aprobación del uso de semilla transgénica de soya HB4, trigo, maíz y algodón. Nos resulta incomprensible e imperdonable que el Gobierno, en una actitud irresponsable abra el tratamiento de un decreto para apoyar el uso y promocione la producción de transgénicos. Cuando lo que en estos momentos de crisis se debería priorizar la salud de los bolivianos, el cuidado de la tierra y el medio ambiente”, dice el comunicado de Aopeb.
De acuerdo a declaraciones pasadas de autoridades de gobierno, la determinación permitiría competir con los mayores productores de la región.
En el comunicado se detalla cuatro aspectos a los que afectaría la medida.
A nivel de la salud, menciona la aparición de alergias por introducción de nuevas proteínas en los alimentos, la resistencia a antibióticos en bacterias patógenas, la presencia de nuevas sustancias tóxicas en los alimentos y el incremento de la contaminación en los alimentos por un mayor uso de productos químicos en la agricultura.
Mientras que los efectos a nivel ecológico, advierte sobre la disminución de la diversidad biológica, la contaminación de especies como el maíz criollo a partir del polen de variedades transgénicas y aparición de organismos resistentes como malezas en soya resistente al glifosato.
A nivel social, remarca que se podría registrar la desaparición de pequeños productores, la pérdida de la soberanía alimentaria, la disminución de la demanda de mano de obra y la elevación del precio de los alimentos al reducirse la superficie de siembra en favor los grandes productores.
Económicamente, sostiene que se desarrollaría la transferencia de ingresos del producto a otros sectores de la economía, el incremento del costo de producción y la pérdida de autonomía en las decisiones del pequeño productor.
El último nivel al cual afectaría es el ambiental, con la deforestación y pérdida del bosque nativo, contaminación de ríos y de aguas subterráneas por el uso de glifosato, y la desertificación y pérdida de capacidad de uso del suelo.
Por lo que la Aopeb pide que se considere su reclamo con base en el cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 18 de la Constitución Política del Estado, que señala que “todas las personas tienen derecho a la salud” y explica, “al respecto existen estudios elaborados por la Universidad Mayor de San Andrés en 2019 en el cual se advierte que el glifosato (utilizado como herbicida en la producción de soya transgénica) incrementa el riesgo de cáncer en un 41%”.