Las historias de superación y dificultades para acceder a la educación vuelven a reflejarse en el caso de un niño y su maestro que conoció su realidad de primera mano.
A inquietud de mi persona, fui a la localidad de Torre Huayco (Tupiza) a visitar a uno de mis estudiantes de primero de secundaria de la Unidad Educativa Andrés de Santa Cruz, a unos 50 minutos de distancia aproximadamente en motocicleta, inicia el relato del maestro.
Llegue al lugar ubicando a mi estudiante… Tan grande fue mi sorpresa cuando le pregunté dónde pasaba clases virtuales, que sonriendo me miró y dijo «tenemos que ir detrás el cerro, ahí hay señal».
Bueno, fuimos caminando aproximadamente 40 a 45 minutos, llegamos y es verdad que ahí existía señal de wifi, pero no tan buena.
Le interrogue, hijo ¿todos los días vienes hasta este lugar?, sí profesor diciendo me respondió y nos acomodamos unas piedras como asiento y desde ahí juntos compartimos una clase virtual con todos los estudiantes de curso.
Fue una bonita experiencia, pero a la vez me sentí triste al ver como mi estudiante tiene que recorrer un largo camino, para cumplir con sus estudios de formación, a tan tempranas horas del día, cuando el viento sopla y el frio es intenso por ese camino accidentado.
