Prohibiciones inhumanas de los talibanes a las mujeres

Afganistán

Los talibanes controlan ya la capital de Afganistán, Kabul. Tras la huida del presidente el pasado domingo, la bandera del Emirato Islámico de Afganistán puede verse en lo alto del palacio presidencial. Miles de afganos tratan de huir con las pocas pertenencias que pueden atesorar y es que, aunque no se haya derramado sangre en la toma de la ciudad, se teme que los fundamentalistas religiosos vuelvan a imponer su ley, la ‘Sharía’, con todas las consecuencias que esta tiene para la vida de los ciudadanos y, especialmente, para la vida de las mujeres y las niñas.

El trabajo femenino queda terminantemente prohibido fuera de los hogares.

Las mujeres tienen prohibido salir de casa para realizar cualquier actividad siempre que no vayan acompañados de su padre, hermano o marido.

Las mujeres tampoco pueden cerrar tratos con comerciantes masculinos.

La atención médica es también precaria para las mujeres, ya que no pueden ser atendidas por sanitarios varones.

Las mujeres no pueden acudir a estudiar a escuelas, universidades u otra institución educativa.

Las mujeres no pueden mostrar ninguna su cuerpo en público, son obligadas a llevar un velo largo que les cubre incluso el rostro (burka).

Las mujeres que muestren sus tobillos serán sometidas a azotes en público.

Las mujeres acusadas de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio serán lapidadas.

Se prohíbe el uso de productos cosméticos.

Las mujeres tienen prohibido hablar o dar la mano a varones y tienen prohibido reír en público.

También está prohibido que las mujeres lleven zapatos de tacón

Las mujeres no pueden subirse a un taxi sin su mahram.

Las mujeres no pueden tener presencia en la radio, la televisión y el deporte.

Las mujeres tienen prohibido montar en bicicleta o en motocicleta.

Las mujeres no pueden reunirse con motivo de festividades o recreativos.

No pueden lavar la ropa en los ríos o plazas públicas.

En el régimen talibán, ninguna calle, plaza o avenida puede llevar la palabra ‘mujer’ en su nombre.

Las mujeres tampoco pueden asomarse a los balcones o ventanas de sus domicilios

Los sastres no pueden tomar medidas a las mujeres ni elaborar ropa femenina.

Las mujeres tiene prohibido el uso de baños públicos y hay medios de transporte para hombres y otros para mujeres.

Las mujeres tiene prohibido utilizar pantalones, incluso bajo el burka.

Nadie puede fotografiar o filmar a mujeres y menos publicar imágenes de mujeres impresas en revistas y libros.

A todo esto se les suman otras restricciones, que afectan tanto a hombres como a mujeres y que coartan los derechos y las libertades básicas de la población. Así, los ciudadanos bajo el régimen talibán tienen prohibido escuchar música, ver películas, televisión y, en definitiva, cualquier tipo de vídeo. Además, es obligatorio que todas las personas que tengan un nombre no islámico se lo cambien.

Por otro lado, la juventud está obligada a raparse el pelo y los varones deben llevar indumentaria islámica y gorra. Los hombres no pueden afeitarse o recortarse la barba, la cual debe crecer hasta que queda al menos un puño por debajo de la barbilla.

Durante el régimen taliban en Afganistán a finales del siglo pasado, los talibanes declararon paganas ciertas festividades nacionales, como el tradicional año nuevo, (Nowroz) el 21 de marzo, o el día del trabajo. Agencias