Ante los escándalos de corrupción de la Policía, surge una propuesta para descentralizar los mandos. Es decir, que el comandante departamental tenga autonomía de acción en lo operativo y que en lo administrativo siga dependiendo del mando nacional. Eso para evitar, por ejemplo, que se haga un operativo y que con una orden desde La Paz se revierta todo. El Gobierno, a través de su vocero, Jorge Richter, lo descartó de entrada. Según él, eso obedece a una administración federal, y Bolivia no está organizada bajo ese modelo.
En un mes, la fuerza policial encargada de la lucha contra las drogas, primero, y ahora la que se enfrenta al robo de vehículos fueron sacudidas por escándalos. Uno de protección al narcotráfico, y otro, relacionada con cobertura a la sustracción de autos en Chile y su venta posterior en Bolivia. Agencias